Un enorme rorcual común (también conocido como ballena de aleta), de 40 toneladas, fue avistada cerca de la playa de Cullera el pasado sábado en Valencia (España), situada a unas 200 millas al suroeste de Barcelona. En un principio se creía que estaba en apuros, sin embargo, pronto se descubrió que sufría una deformación de la columna vertebral.

Los rescatistas recibieron la llamada de un barco que pasaba por la zona y llegó a pensar que la ballena que nadaba cerca del faro estaba enredada.

Biólogos y veterinarios de la Fundación Oceanográfica de Valencia comprobaron que el animal no estaba enredado en ninguna red, sino que sufría una grave desviación en la columna vertebral; una escoliosis de origen desconocido que alteraba por completo su anatomía y movimientos al desplazarse.

Las ballenas son mamíferos marinos de los que no se sabe que desarrollen escoliosis de forma espontánea, según un estudio de 2021 publicado en Nature.

Existen varios casos sobre cetáceos con escoliosis, sin embargo, todos tienen una causa clara, que en la mayoría de los casos es de origen traumático, como podría ser chocar contra un barco.

Debido a la magnitud de la ballena en mar abierto y a su malformación, fue imposible para los veterinarios colocar un rastreador remoto para obtener datos más detallados sobre su estado, biología y trayectoria.

Unas horas más tarde, la ballena de casi 17 metros de largo se dirigió mar adentro y se alejó de la costa.

Sin embargo, responsables de la vida salvaje advirtieron de que es posible que aparezca en los próximos días debido a su estado general y a su dificultad para nadar.

El rorcual común es la segunda ballena más grande del planeta, por detrás de la ballena azul. Durante el verano puede verse en aguas del Mediterráneo español.

 

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