Luego de erupcionar hace tres semanas, la lava que dejó el volcán hawaiano Kilauea, continúa causando peligro y ahora se estaría aproximando a una planta térmica de la isla que contiene sustancias inflamables y podría provocar una emisión incontrolable de gases tóxicos.

De acuerdo a El País, los geólogos ya lo consideran el peor evento vulcanológico del último siglo. El sector turístico, la actividad económica más importante de Hawai, se enfrenta al impacto negativo de la erupción con caídas del 50% en las reservas hoteleras, según datos de las autoridades, y anulaciones en las escalas de cruceros.

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La planta geotérmica de Puna Venture (PGV, por sus siglas en inglés) suministra un 25% de la energía de la isla de Hawai y fue cerrada el 3 de mayo, cuando comenzó la erupción. Unos 227.000 litros de pentano inflamable han sido retirados de la zona.

Aproximadamente 4,8 km al este de la planta en la costa, mortales nubes de ácido y partículas de vidrio se elevaron en el cielo cuando la lava cayó al océano desde dos flujos que bloqueaban la carretera 137, una de las principales rutas de salida de la zona del volcán. 

La lava del volcán entró este lunes en contacto con el océano Pacífico y ha provocado gases ácidos que pueden provocar irritaciones en los pulmones, los ojos y la piel, y ha obligado a las autoridades a pedir a la población que adopte medidas de precaución y limite su exposición a la nube tóxica.

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