Desde su boda en mayo de este año, el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle se han transformado en la pareja más popular de la realeza británica. Sólo días después de haber anunciado que esperan su primer hijo, ahora se habla -medio en broma medio en serio- del milagro que se les atribuye.

Como parte de las actividades de la monarquía, los duques de Sussex viajaron a Australia donde visitaron Dubbo, zona afectada por una severa sequía durante los últimos años. Una vez que el príncipe de 33 años comenzó su discruso, comenzó a llover.

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La anecdótica situación fue tomada con normalidad por los miembros de la familia real. Mientras Harry siguió hablando, Meghan le acercó un paraguas. "Está todo bien, tengo a mi esposa", dijo el príncipe cuando el alcalde quiso ayudarlo.

La autoridad local bromeó con el "milagro" provocado por Harry. "Nuestra región se ha visto afectada por una terrible sequía, por lo que estamos muy contentos de que traigan el terrible clima inglés", afirmó.

Bromas aparte, el nieto de la reina Isabel dijo que la lluvia era un regalo, pero que no era suficiente. Durante los últimos años, por ejemplo, se ha vinculado la escasez de agua con un aumento en la tasa de suicidio de hombres jóvenes dedicados a labores rurales.

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