El Washington Post publicó un artículo de análisis titulado "Trump es el primer presidente latinoamericano de Estados Unidos". Suena extraño, al principio. En especial, porque es el primer gobierno de su país en casi tres décadas sin latinos en el gabinete.

Pero no se trata de eso.

El vínculo con Latinoamérica se debe a la comparación que hace el analista Ishaan Tharoor de su estilo y sus políticas con las de los dictadores y caudillos latinoamericanos. Y, para ilustrar el texto, fusiona una imagen del rostro de Trump sobre el cuerpo de Augusto Pinochet.

"Varios analistas latinoamericanos han sugerido que a Trump se le debe ver a través de los lentes de un caudillo (...) Una tradición que viene desde Simón Bolívar", se lee en la nota.

Pese a ocupar la imagen del dictador chileno, el texto de Tharoor señala: "Seguro, Trump no es un militar déspota como el fallecido Augusto Pinochet, quien llegó al poder a través de un golpe de Estado en 1973, ni un autócrata desafiante como Hugo Chávez, el populista de izquierda que reconfiguró Venezuela a su imagen".

El comentarista asegura que el "trumpismo" tiene mucho de la demagogia nacionalista que se ha presentado en el continente durante su historia independiente.

Entre los ejemplos que se utilizan para marcar estas similitudes destaca la personificación que hace el nuevo mandatario como el representante de los "olvidados" del sistema, una alusión idéntica a la del peronismo argentino con los "descamisados".

"La ironía -resalta la nota- es que Latinoamérica ha avanzado considerablemente desde sus días de demagogia y dictaduras, con el populismo en retroceso y democracias maduras echando raíces en toda la región".

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