El gobierno de Chile se pronunció respecto a la situación de violencia que se vive en Nicaragua, luego de que se desataran fuertes enfrentamientos ante el paro nacional convocado por organizaciones civiles, para exigir la renuncia del presidente Daniel Ortega.

A través un comunicado, el gobierno expresó "gran preocupación" ante las manifestaciones que han dejado más de 300 muertos. 

"El Gobierno de Chile condena el uso de la violencia y la represión en contra de los ciudadanos de Nicaragua y apoya los esfuerzos de la Conferencia Episcopal Nicaragüense, como garantes del proceso, ofreciendo asimismo sus condolencias a los familiares de las víctimas que este conflicto ha producido", expresa una parte del texto.

Asimismo instó al Gobierno de Nicaragua a "reanudar los mecanismos de diálogo y acercamiento y la búsqueda de caminos hacia la paz y la reconciliación, respeto a los Derechos Humanos, el fortalecimiento de la democracia y a la necesaria convivencia social".

Las protestas comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia de Ortega, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra

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