Hace diez meses un influencer lanzó un desafío y que tenía como protagonista a un billete de mil pesos que estaba marcado. Quien lo encontrara, ganaría un millón de pesos y tras todo ese tiempo, ya casi no había esperanza. Pero ese momento llegó y esta es la historia de ese billete de la suerte. 

El pasado junio, en Estación Central, el billete marcado comenzaba su viaje. No sabemos las aventuras que vivió, pero sí quién inventó el concurso

Tiene 20 años, se llama Ignacio y saltó a la fama por ser un coleccionista de monedas y billetes, una pasión que tiene desde los 8 años.

En tercero medio comenzó a hacer videos y virales y cuando terminó el colegio, le pidió un año sabático a sus papás para ver si podía dedicarse de lleno a sus redes sociales. Ya lleva dos años en esa tarea, regalando dinero en bolsitas sorpresas: Se transformó en el "Tío Patito" (@tio_patito).

La historia del billete de luca que lo hizo ganar un millón

En eso estaba, sumando seguidores y publicidad cuando se le ocurrió el concurso de los mil pesos. El billete tenía un número de serie que es irrepetible y el dibujo de un patito. Dos pruebas de fuego que varios intentaron falsificar.

Diez meses pasaron, entre varios intentos de engaño que lo hicieron perder la esperanza en encontrar al real ganador. Incluso pensó que se podía haber ido a una alcancía.

Pero no, el humilde billete con la imagen de Ignacio Carrera Pinto y las magnificas Torres del Paine iba camino a Quillota y llegó al bolsillo de la mamá de Vicente, que se lo pasó cuando lo mandó a comprar minutos antes del almuerzo.

Pasadas las 15 horas, Vicente le escribió un correo a Ignacio con poca fe, porque pensó que quizá ya no le contestarían: Tras confirmarlo, un millón de pesos en efectivo recibió este estudiante de primer año de Ingeniería Civil Informática.

El hecho de que la plata quedara en buenas manos entusiasmó a Don Patito, que decidió el día de hoy doblar la oferta. Dos mil pesos marcados que ya quedaron circulando en la Vega Central. De aquí en adelante, revise entonces si el que llega a sus manos.

Podrían pasar meses, quizá recorrerá kilómetros como el otro, usted no pierda la fe y comience a imaginar que va a hacer con los dos millones de pesos que -como si la vida fuera mágica- a su bolsillo en efectivo llegarán.

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