Humberstone, la otrora bulliciosa ciudad del norte de Chile que basó su prosperidad en el negocio del salitre, vuelve a respirar tranquila. Unesco la retiró este martes, junto a su vecina Santa Laura, de la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro.

"El Comité del Patrimonio Mundial ha valorado los trabajos de restauración y la buena gestión del sitio, que han hecho posible esta decisión", señaló el máximo gendarme de la cultura y el patrimonio mundial en un tuit.

"La corporación ha cumplido con todas la exigencias", dijo por su parte aliviada a la AFP Georgina Pastena, encargada de sitios en la oficina de Humberstone, en la región de Tarapacá, a unos 800 km al norte de Santiago.

Este destino turístico que cada año recibe a más de 10.000 visitantes y a miles de alumnos chilenos que realizan allí trabajos curriculares, emprendió todas las obras que reclamaba la Unesco para salir de la lista negra del Patrimonio Mundial en Peligro, a la que había entrado en 2005, al mismo tiempo que fue inscrita como Patrimonio de la Humanidad.

"Se han realizado intervenciones prioritarias para evitar el deterioro, se ha cerrado el perímetro para evitar robos y se ha desviado la carretera que cruzaba por el centro de Humberstone y Santa Laura", detalló Pastena.

Museo a cielo abierto

La ciudad lleva el nombre del ingeniero químico inglés James Humberstone, "Don Santiago", que hizo fortuna con el salitre, un fertilizante que transformó la agricultura de finales del siglo XIX y principios del XX, y proporcionó a Chile una riqueza sin parangón, y además un museo a cielo abierto.

Maquinaria, viviendas, vestigios de uno de los más modernos ferrocarriles de la época, una escuela y hasta un teatro han sobrevivido en esta ciudad fantasma en medio del desierto de Atacama, el más árido del mundo, desde que sus últimos habitantes la desertaran definitivamente en 1959.

Ocasionalmente fue ocupada en la década de los 70 por trabajadores de otras minas, pero desde que Unesco la convirtió en Patrimonio de la Humanidad en 2005, solo viven aquí los guardias de seguridad que vigilan su preservación.

Fundada en 1872 como oficina salitrera bajo el nombre de La Palma, cerró sus puertas con la depresión del 1929 y reabrió de nuevo cinco años más tarde con el nombre actual.

Junto con la vecina Santa Laura, que ha sabido preservar mejor las áreas industriales, Humberstone es de las ciudades que mejor y más íntegramente han sobrevivido al paso del tiempo, al abandono, a los saqueos y las inclemencias climáticas del desierto.

Ferrocarril moderno

Llegó a tener 3.700 habitantes a los que ofrecía todo tipo de servicios como escuela o teatro, pero que no se mezclaban entre sí. Había un sector para directivos, otro para obreros; mientras que los casados, que vivían con esposa e hijos, y los solteros no se mezclaban. Lo único que no había era cementerio ni registro civil.

La extracción del salitre, principalmente en manos de compañías mineras de capital británico, llegó a dar empleo a 65.000 personas. 

Santa Laura conserva prácticamente intactas las instalaciones industriales de la época para procesar el salitre y el yodo, producir energía y hasta el centro administrativo y la plaza principal.

Los yacimientos de Humberstone y Santa Laura estaban intercomunicados por un moderno sistema de ferrocarril, reflejo del progreso tecnológico de la era industrial y del desarrollo del comercio mundial.

Hoy los pampinos, los habitantes de este lugar han vuelto a respirar aliviados porque creían que estar en esta lista de la Unesco significaba que estos lugares iban a desaparecer y "no es así", asegura Pastene. 

Los trabajos realizados a lo largo de quince años para recuperar estos sitios que el paso del tiempo y el clima inclemente dejaron maltrechos, auguran larga vida a este vestigio de tiempos dorados para la economía chilena. 

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