Posible corrupción, traición e infidelidad. Así se podría resumir la historia que afecta a la Unidad de Relaciones Institucionales de la Subsecretaría de Educación Superior, donde se está realizando un sumario administrativo por un hecho que también está siendo indagado por la Fiscalía Metropolitana Centro Norte.
Los hechos se remontan a 2021 e involucran a Juan Cabezas Rodríguez, jefe de la Unidad de Relaciones Institucionales y a Antonio Recabarren, quien dice haber sido el mejor amigo de Cabezas, quien incluso es padrino de bautizo de su primer hijo.
Los hechos publicados por Biobío Investiga acusan a Cabezas por corrupción. El jefe de unidad de la SES habría intercedido para adjudicar proyectos, como la construcción de Centros de Formación Técnica (CFT) estatales, a Recabarren y a su esposa Verónica Aravena, a quien también conocía.
El sumario administrativo da cuenta de mensajes que envió Cabezas a Recabarren para que postulara a proyectos de construcción de CFT por 400 millones de pesos en Aysén, y por $100 millones en Santiago, aunque esto nunca se concretó.
Sin embargo, este caso se reveló no sólo por la arista judicial, sino que por un motivo amoroso. Recabarren acusa que su amigo lo traicionó y que actualmente tiene una relación con Verónica Aravena, quien fue su esposa desde el 2008 hasta 2022.
“Me pusieron los cuernos durante mucho tiempo(…). Denuncié porque pensé: ‘No le voy a cuidar más la espalda a Juan"”, dijo Recabarren al medio citado.
Aravena también fue ayudada por Cabezas, según consta en la documentación del sumario que se inició contra el jefe de la Unidad de Relaciones Institucionales, para obtener contratos con el Estado por más de 90 millones de pesos, los que sí se concretaron.
De acuerdo al sumario, Cabezas “desplegó un conjunto de acciones para lograr que (…) el matrimonio conformado por don Antonio Recabarren y doña Verónica María Aravena Ortega prestaran a los centros de formación técnica estatales servicios de diseño y construcción en los proyectos de infraestructura que el propio señor Cabezas debía evaluar, controlar y hacer seguimiento”.
Si bien la separación entre Aravena y Recabarren se concretó en 2022 y se enteró sólo meses después que su exesposa tenía una relación con su amigo, él asegura que le fueron infiel.
Cabezas niega faltas administrativas y amistad con Recabarren
Pese a los antecedentes que están en el sumario en su contra, y en la indagatoria de la fiscalía, Cabezas niega faltas administrativas y asegura que Verónica Aravena prestó servicios en las construcción de CFT por decisión de “algunos rectores que me pedían recomendaciones”.
Además descartó que tuviera una amistad con Recabarren, pese a que estudiaron juntos la carrera de Construcción Civil en las Universidad Católica, posteriormente trabajaron juntos en el Ministerio de Educación, y es el padrino de su hijo mayor.
“Trabajábamos juntos en el Mineduc en esa época y por mi fe acepté ser el padrino. Habíamos sido compañeros de universidad, pero no éramos amigos. Yo creo que los amigos no te hacen denuncias anónimas”, planteó.
Además, acusó a Recabarren de acoso en su contra por esta situación.
“Antonio empezó en agosto del 2023 una suerte de acoso hacia mi persona con mensajes inapropiados primero a mi familia, a mí, a mi hijo, tratando de generar una situación de tensión. Me mandaba regalos de grueso calibre. Por ejemplo, me hacía llegar paquetes, primero con su nombre, en los cuales venían condones con pastillas para la erección. Me los mandaba a altas horas de la noche, tipo dos de la mañana. Después lo hacía de manera anónima. Se metió en mis redes sociales, hackeó mi cuenta de Netflix, de Amazon. Se metió en mi LinkedIn, y por ahí en los perfiles colocaba su mensaje”, aseguró a Biobío.