Durante 50 años Pelayo Monroy dedicó su vida a la creación y fabricación de una golosina que lleva su nombre, y que muchos chilenos hasta el día de hoy disfruta: el Calugón Pelayo.

Dulce al dar la primera mascada, hacía salivar a sus fanáticos, pero que hoy ya no dará más dulzór ya que el dueño de la empresa se declaró en quiebra al no poder solventar la producción por dedudas que acarreaba desde hace algunos años.

Monroy reveló al diario El Mercurio que su deuda asciende a los 430 millones de pesos y el proceso de "liquidación forzosa" avanza desde entonces en el 1° Juzgado Civil de San Miguel. Esto también trajo consigo el despido de los 34 operarios encargados de la elaboración del Calugón Pelayo.

Eso sí, la empresa de este clásico caramelo logró pagar los sueldos de sus trabajadores a pesar de declarar la quiebra.

Durante el proceso en curso, ya se han liquidado bienes ubicados en la comuna de La Granja, un terreno en el Fundo Las Rosas de Chiñigue en Melipilla, Ciudad Empresarial y una bodega en Quilicura.

Antes de la quiebra, es preciso señalar que la cadena Alvi, actualmente controlada por Walmart Chile, le ofreció una marca propia a Monroy en 2006, por lo que consolidó sus productos bajo el nombre "Dulces Monroy". Luego concretó su venta al grupo SMU, un movimiento que no ayudó mucho a la empresa puesto que tuvo una disminución la venta y los números fueron rojos.

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