El caso de parricidio en la comuna de Chiguayante no solo ha conmocionado a la Región del Biobío, sino que también a todo Chile.

Una mujer de 64 años disparó en contra de sus dos hijos adultos, de 35 y 39 años, provocando la muerte de ambos. Luego, escapó en el auto de su hijo hombre, que sobrevivió en un primer momento pero luego murió en el hospital, y terminó siendo detenida en un negocio local en la comuna de Coihueco en la región del Ñuble, luego que los dueños sospecharan que fuera la responsable del crimen y se contactaran con Carabineros.

La audiencia de formalización fue el pasado viernes, donde la mujer quedó en pisión preventiva. En la instancia se conocieron una serie de antecedentes, como por ejemplo las declaraciones que dio el esposo de la acusada y padre de las víctimas.

Según la información proporcionada por BioBioChile, entre las primeras diligencias que hizo Carabineros tras conocerse el parricidio, estuvo tomar tres declaraciones al padre. Él día 26 de septiembre, cuando ocurrieron los hechos, contó que había encontrado un revólver encima de la lavadora y que faltaba el auto gris. Además, su esposa no le había contestado nunca el teléfono pero sí le había mandado un mensaje.

Luego, la madrugada del 27 volvió a declarar voluntariamente. Ahí señaló que no recordaba la edad sus hijos porque era malo para las fechas. "Mis hijos no tenían grandes problemas, Hugo era un tipo sano, que no iba a fiestas ni bebía alcohol. Tenía un buen pasar, era introvertido, poco comunicativo. Él es profesional, ingeniero civil industrial y tenía un autito. Su trabajo lo realizaba de forma online. Y mi hija Marta, ella tenía una condición de tamaño de estatura baja y sufría de dolores debido a un tratamiento que le hicimos para crecer, indicó. 

Esposo de mujer acusada de parricidio da detalles de su personalidad

Tras esto, describió a su esposa. "Sobre mi señora puedo decir que nuestros hijos eran sus ojos, eran muy apegados a ella. Y ella resultaba ser aprensiva con ellos. Ella los amaba, siempre ha sido de pocas amigas, pero siempre se ha notado feliz", sostuvo.

En la tercera declaración del padre contó que él sabía de la existencia de las dos armas. El más grande fue una herencia de su suegro. Y el otro, lo compró él mismo a un excompañero de trabajo. "Ambas armas las guardaba mi esposa. No tengo idea en qué lugar, solamente ella lo sabía. Se mantenían con sus respectivas municiones, ignoro la cantidad. En cuanto al manejo o conocimiento de armas, puedo indicar que nunca había visto a M. manipulado ni utilizar uno de los revólveres", precisó.

Finalmente sobre la personalidad de la acusada, el padre de las víctimas mencionó que "ella nunca fue una persona violenta ni agresiva, menos con mis hijos. Tampoco padecía alguna enfermedad o tratamiento psicológico, por lo cual no tomaba medicamentos ni algún tipo de antidepresivos. Tampoco hizo uso de licencias médicas psiquiátricas o similares".

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