Tomás Valdivieso es un exalumno del colegio San Esteban Diácono de Vitacura, al que llegó en séptimo básico, en el año 1994 y egresó en 1999. Allí conoció a Hugo Montes Brunet, fundador y rector del establecimiento educacional.

Valdivieso es una de las víctimas de este diácono y premio nacional de educación que hoy tiene 93 años y que fue acusado, en 2010, por ex estudiantes del colegio de haber abusado o intentar abusar de ellos. Un rumor que corría por los pasillos en la década del 90, pero que nadie había denunciado hasta aquel año.

En el reportaje de este lunes de T13, el hombre de 37 años contó detalles de sus encuentros con el Premio Nacional de Ciencias de la Educación de 1995.

MANIPULACIÓN A UN NIÑO

"Como en octavo básico él se empieza a hacerse amigo mío. A acercarse más. Comienza a invitarme a su oficina, a darme colaciones, a tomar un jugo. Me decía que yo le contara de mi familia, que le contara de mi relación con mis padres, de mis abuelos", cuenta Valdivieso.  

La cercanía, dice la supuesta víctima, se acrecentó por las bajas notas y problemas familiares que tenía él a los 14 años. “En ese entonces yo lo veía como una figura de mi abuelo, pero hoy, como adulto, me doy cuenta que fue más que una manipulación de un depredador. De saber cuáles eran mis debilidades y mis carencias", reflexiona.

Él vio en mí un niño homosexual, con mucho miedo de ser homosexual, porque en esa época ser gay no era fácil. Él vio esa vulnerabilidad en mí y en ese momento empezó a entrar”, agrega al tiempo que cuenta que fue en aquella época cuando comenzaron las caricias por parte de Montes y los abrazos más insinuantes.

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LOS VIAJES A POMAIRE

Hugo Montes visitaba, habitualmente, una casa de retiro en Pomaire hasta donde llevaba a alumnos.

“Él me ponía en situaciones muy complicadas a mí, como por ejemplo, 'Tomás sácate la ropa y báñate desnudo con tus compañeros'. Después, decía 'ahora, sálganse de la piscina y vamos a mi cuarto al momento de oración. No se vistan, vayan así, pónganse una toalla y recemos. Después de rezar, metámonos a la cama que hace frío, todos juntos'”, recuerda Valdivieso.

“Yo me metí a esa cama desnudo con compañeros y con él varias veces. Él se acercaba, empezaba a hacerme cariño, a rozarme, a tocarme”, agrega.

Un día en particular rememora Tomás: “Éramos alrededor de seis compañeros. Nos metimos a su cama y él estaba desnudo también. La verdad no sé si fue el cansancio o el miedo que me hicieron quedarme dormido y cuando desperté estaba este hombre haciéndome sexo oral  y pidiéndome que lo masturbara”, cuenta con dolor.

Era un viejo asqueroso, un viejo asqueroso; el que yo había logrado querer como mi abuelo, o incluso como mi padre”, afirma Valdivieso. “No supe qué hacer, me dio tanto miedo que él me abrazó fuerte contra su pecho y me dijo 'tranquilo, esta es la forma de nuestro amor, nuestro amor que nadie va a entender nunca. Está todo bien. Yo te amo, yo te quiero”, recuerda.

A 20 AÑOS

Tomás Valdivieso es parte del grupo de víctimas y testigos que se reunió y decidió reflotar la causa contra el fundador y exrector del Colegio San Esteban Diácono. “Yo no pretendo lograr perdonar, que lo perdone Dios si es que existe. Yo a él no lo voy a perdonar nunca, pero quiero descansar, quiero que descanse la gente que ha sido víctima de él”, dice Tomás Valdivieso.

"Nunca lo conté. En esa época todavía la Iglesia eran los superhéroes, los dioses, ¿quién te va a creer? ¿Quién me iba a creer a mí?", pregunta la víctima quien dice que le gustaría que le quiten el premio recibido en 1995 y que se le recuerde “como un abusador sexual que fue condenado”.

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