El fiscal Jorge Escobar descartó que exista un acuerdo con el empresario Raúl Schüler para cerrar su causa, donde se le investiga por su presunta participación en los delitos de receptación, además de infracción a la ley de monumentos nacionales y a la norma sobre control de armas. Esto luego que se encontrara en su fundo, ubicado en la comuna de Machalí una serie de piezas históricas, entre ellas la escultura "La República" que se encontraba desaparecida desde 2003, además de tejidos y cerámicas precolombinas. 

"Existieron propuestas que se analizaron, pero no se llegó a un acuerdo respecto a los diversos ítems a considerar en un eventual procedimiento abreviado, no solo respecto de los montos sino que respecto a la eventual restitución de otras especies incautadas en la propiedad del señor Schüler", afirmó el fiscal a Cooperativa. 

A esto se suma,  explicó el fiscal, el hecho que "existió una oposición de querellantes en esta causa, razón por la cual al día de hoy simplemente cabe señalar que no hay acuerdo alguno".

Los dichos del fiscal ocurren luego que Diario Financiero  informara que entre los puntos claves del acuerdo estaría el pago de 50 millones de pesos para resarcir el mal causado, multas por cerca de 12 millones y la devolución de piezas históricas, y con lo que el empresario evitaría ir a prisión, donde arriesgaba una pena de más de cuatro años.

El futuro judicial de la causa se analizará el próximo 2 de marzo, donde se realizará una audiencia de reformalización  en miras a un eventual cierre de la indagatoria. 

Los descargos de Schüler

En su defensa, el empresario aseguró que las primeras compras las realizó entre 1984 o 1985. "Las realicé en remates, pero comencé a conocer anticuarios que me vendían algunas cosas”, dijo en su declaración judicial conocida a fines de 2018.  Al mismo tiempo entregó los nombres de 15 vendedores que fueron quienes les proporcionaron estos objetos a lo largo de los años. Algunos de los proveedores son de Valparaíso, mientras que otros de ellos tienen sus locales en Parque Los Reyes y en el barrio Franklin.

“He gastado una brutalidad de dinero comprando todas estas cosas. Tenía un proyecto de vida y una de mis maneras de sentirme realizado era dejar todo esto como herencia, encuentro que en este país destruyen todo, no hay memoria de nada. Yo quería conservar este patrimonio arquitectónico rural para el país”, afirmó en su testimonio. 

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