Desde el estallido social de octubre del año pasado, la cocina de la típica sucursal de Alameda de la Fuente Alemana se abre intermitentemente, y con la llegada del COVID-19 (coronavirus), el restaurant debió cerrar definitivamente, hasta nuevo aviso.

Este panorama ha significado pérdidas por cerca de $ 200 millones, siendo $ 80 millones consecuencia directa de la pandemia, solo en la sucursal de Alameda, lo que ha empujado a la empresa, incluyendo al local de Providencia, a acogerse a la nueva Ley de Protección del Empleo.

El socio administrador del local Alameda, Carlo Siri, cuenta que en febrero comenzaron a percibir los primeros golpes del coronavirus debido a la caída del flujo de clientes, pero fue el 20 de marzo cuando finalmente, y debido a la cuarentena obligatoria, cerraron el local.

"A mediados de febrero empezamos a ver menos gente, luego con las recomendaciones de no tener a muchas personas al interior del local empezamos a notar una baja notable, vendíamos como mucho un 10% de lo habitual. Ahora estamos con los aportes de los socios, hemos puesto como $ 60 millones desde que empezó el estallido, principalmente para mantener al personal", comenta el ejecutivo.

En este escenario, Siri señala que apenas supo que la Ley de Protección del Empleo sería promulgada, optaron por acogerse y de esta manera acordó con los 73 trabajadores de las sucursales de Alameda y Providencia, el total del personal, la suspensión de sus contratos laborales, para que puedan acceder al seguro de cesantía.

El ejecutivo detalla que está generando la nómina con los trabajadores para subirla al sitio web de la Administración de Fondos de Cesantía (AFC), trámite que se habilitó hoy miércoles, la que espera cargar a fines de esta semana al sistema.

"Los trabajadores lo tomaron bien porque estaban viendo que no estábamos ganando (...). Tenemos que evaluar el pedir créditos, qué sacamos con hacerlo si siguen los conflictos en Plaza Italia", explica Siri.

La Fuente Alemana está ubicada a media cuadra de Plaza Italia, por lo tanto, resintió directamente los efectos del estallido social. Y si bien hoy ya no se ven las protestas, la restricción de abrir el local sigue en pie, lo que está llevando a los socios de la firma a pensar en reubicar el icónico local de Alameda.

Preocupación por rezagados del seguro de cesantía

En medio de los trámites para acceder a la nueva legislación, Siri señala que se han encontrado con problemas para hacer que sus trabajadores, que no se acogieron voluntariamente a la Ley del Seguro de Cesantía promulgada en 2002, accedan al nuevo beneficio.

"Nosotros tenemos gente antigua contratada antes de 2002 y ellos no se acogieron a la Ley del Seguro de Cesantía y hoy no están cubiertos. Hay unas seis personas en esa situación, no sabemos cómo resolver ese problema y nos tiene muy preocupados", explica Siri.

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