Los hechos de violencia en el fútbol amateur se han multiplicado y muchos de los encuentros entre equipos han terminado con asistentes baleados e incluso asesinados en la cancha. 

Por este motivo, T13 y su unidad de investigación exhibió "Narcos F.C: La guerra por el barrio", un reportaje que da cuenta de los vínculos entre el deporte y personajes vinculados al narcotráfico.

Allí, Juan Osorio, una de las víctimas de esta situación, explicó que tras verse involucrado en una discusión "un muchacho saca una pistola y me dispara. La bala me pega en el dedo de la mano. Giro el cuerpo y siento un segundo disparo que me pega en el muslo".

"Siento tres o cuatro disparos más sin saber que era mi papá, en el hospital me dijeron que había fallecido. Imagínate, el día domingo saqué a mi papá, fuimos a disfrutar el domingo a la cancha y el día lunes lo sacamos en un cajon", señaló. 

Narcos F.C.: La guerra por el barrio. Reportaje emitido el domingo 26 de mayo.

Un jugador amateur detalló que Marcelo Cadenas Lepin —en arresto domiciliario por protagonizar una balacera durante un partid— junto a su primo, son "los que manejan el club Nueva Estrella. Yo jugando muchas veces me iba al camarín, me cambiaba de ropa y encima de la mesa habían bolsas enteras con drogas". 

Claudia Pizarro, alcaldesa de La Pintana, aclaró que el club Nueva Estrella ya no juega en la comuna.

Sobre la relación entre el deporte y los narcotraficantes, Pizarro asevera que "tiene que ver con la falta de recursos que tiene el fútbol amateur y que termina aceptando regalos porque no hay un financiamiento directo hacia el fútbol".

Árbitros amenazados 

El árbitro Freddy Izaguirre contó que no tienen resguardo y "ellos no tienen nada más que hacer que lo que mandan las otras personas, los narcos. Igual que en las películas de asesinos donde te dicen 'tienes que hacer esto o te mato a tu familia'. Eso es muy cierto". 

Por otro lado, un jugador amateur contó que "estaba jugando un partido y el 10 del equipo rival era traficante y el único resultado que a ellos les servía era ganar o ganar". 

"Nosotros íbamos ganando 1-0 y el compadre de sale de la cancha, va a su camioneta, saca una pistola, la pone en la mesa del turno y dice 'yo tengo que ganar'. El segundo tiempo jugamos casi 60 minutos hasta que nos hicieron el 2-1", explicó. 

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