Una insólita historia protagoniza una mujer de nombre Juana Ramírez Furrianca y quien vive en Frutillar, Región de Los Lagos. Todo debido a una hora médica.

Según explicó al diario Las Últimas Noticias, en 2016 pidió una hora médica para su hija. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, lo llamativo de la situación es la fecha en que recibió una respuesta para agendar la hora: en marzo de 2023, siete años después.

"Le dije a la persona que me llamó que muchas gracias, pero la verdad es que yo ya no necesitaba esa hora", explicó.

"Le insistí en que para qué iba a hacer ese gasto conmigo porque mi hija ya había ido al oftalmólogo de forma particular. Le conté que incluso la llevé hace poquito y que tiene control en agosto", agregó.

Ramírez dijo que terminó cortándole a la persona que le llamó porque ésta se ofuscó y le insistió en tomar la hora, diciéndole que no la habían llamado antes porque no había disponibilidad. Para solucionar la situación en su momento, la mujer llevó a su hija a un médico particular.

Sin embargo, no fue fácil. La poca disponibilidad de profesionales y la pandemia, hizo que recién su hija, que hoy tiene 16 años, pudiera ver a un especialista en 2021.

"Cuando la llevé al médico dijo que había esperado mucho tiempo porque mi hija tenía mioía y astigmatismo, que si no usaba anteojos ahora, la niña iba a perder mucho más visión", precisó.

 

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