La historia de Yaquelin Delgado, de 55 años y que vive en Temuco, no es tan inusual como debería. Producto de una negligencia médica, vive hace 28 años con una aguja dentro de su cuerpo, la que quedó ahí tras tener a su último hijo en 1991 en el hospital de Panguipulli. ssin embargo, se enteró de esto solo el año pasado.

Según señala la propia afectada al diario Austral de Temuco, empezó con dolores en la zona abdominal y sangrado ocasional tras ser operada en Temuco de una hernia. "Comencé a sentir pinchones como de tijera que me cortaban el útero", señala.

Tras acudir con regularidad al Cesfam del sector de Pedro de Valdivia, donde vive actualmente, la mujer fue enviada a realizarse una serie de exámenes, dentro de los cuales una radiografía confirmó la existencia de la aguja dentro de su cuerpo.

"Lo que haremos es demandar al Servicio de Salud Araucanía Sur, por tener conocimiento de esta situación hace ya más de un año. Pedimos que atiendan a la señora Yaquelin. Ella no busca compensación económica, sino que simplemente la operen y le saquen esa aguja del cuerpo", dice el abogado de la mujer, David Morales.

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