Una mujer de Talca sufre desde hace casi una semana una invasión de más de mil abejas en su patio, la cual perjudica su calidad de vida y la de sus dos hijos. Denunció que pidió ayuda al municipio y al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), pero ninguna de las dos entidades colaboraron.
El problema comenzó el pasado miércoles 6 de diciembre, cuando "llegaron un par de abejitas a mi casa", según comenzó relatando Claudia Barrientos, la denunciante, en conversación con T13.cl.
"Me ha traído un conflicto gigante porque vivo con mis dos hijos en mi casa. El más pequeño tiene tres años y con el calor que hace no podemos abrir ventanas, no podemos utilizar jardín ni patio, no podemos mantener la puerta abierta", afirmó la mujer.
"Siento que estamos en peligro en nuestra propia casa", complementó.
Municipalidad de Talca y SAG no entregaron ayuda
Claudia se dio cuenta al día siguiente que eran varias las abejas en su patio, por lo que llamó a la Municipalidad de Talca y al SAG, pero la respuesta no fue lo que esperaba.
La mujer relata que desde la Municipalidad le dijeron que "no me pueden ayudar porque no es un tema que les compete a ellos. Llamé a Bomberos y me dijeron lo mismo. Llamo al SAG y me dicen que no trabajan ni con abejas ni con avispas".
Claudia acusa que las entidades "me están dejando a la deriva. Necesito apoyo".
No tiene cómo sacar las abejas de su patio
Aunque la respuesta de la Municipalidad y del SAG fue negativa, Claudia consiguió la ayuda de apicultores, quienes se ofrecieron a retirar a los insectos. Peso a esto, la situación cada vez fue empeorando más para la mujer y su familia.
Las más de mil abejas se metieron a una parte del muro, lo que complicó a los apicultores para lograr retirarlas.
"Las abejas que son muchas, alrededor de mil o incluso más, se metieron en el muro de una muralla en mi casa. Los apicultores que han ido a mi casa a retirarlas me dicen que no se atreven porque hay que romper ese muro y no es trabajo de ellos", indicó.
"Cuando trato de conseguir un maestro y les explico la situación, me dicen que no me quieren ayudar porque no se quieren enfrentar ni exponer a picaduras de más de mil abejas", agregó.
Incluso, los apicultores le habrían comentado a Claudia que las abejas "ya se quedaron a vivir ahí", lo que aumenta las dificultades para lograr retirarlas.
La mujer solicita ayuda para sacar a las abejas que están afectando su día a día y el de su familia. Incluso apunta a que no es un tema económico el que le impide lograr la tarea, sino que contactar al especialista pueda realizarla.