AFP

Víctimas de violaciones a los derechos humanos al interior de ‘Colonia Dignidad’, un enclave alemán fundado en los 60′ por un excabo nazi en el sur de Chile, se declararon decepciondas del programa de ayuda presentado por el gobierno de Alemania.

Con decepción constatamos que la propuesta presentada no considera medidas conducentes a la búsqueda de la verdad y la consecución de justicia, por la vía de la investigación y persecución de responsabilidades por las violaciones a los derechos humanos”, dijo una declaración de este jueves de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos de Colonia Dignidad.

Otras siete organizaciones de víctimas chilenas expresaron también su decepción ante la respuesta del gobierno alemán.

“Para quienes hemos sufrido más de 40 años los crímenes cometidos por la organización criminal Colonia Dignidad, ha sido una decepción el hecho que el gobierno alemán se lave las manos y plantee que no tiene responsabilidad activa en el sufrimiento que cientos de personas”, dijeron en una declaración pública el martes.

Ambas declaraciones son en respuesta al “Programa de ayuda a las víctimas de Colonia Dignidad” revelado esta semana por el gobierno de ese país tras una petición del parlamento alemán.

En el programa, Alemania se compromete a prestar medidas de apoyo a las víctimas que no prevé pagos individuales sino que el financiamiento de medidas colectivas, tanto en Alemania como en Chile.

De acuerdo a las víctimas, el programa “no avanza en la consecución de verdad y justicia para los crímenes cometidos en Colonia Dignidad”.

Critican, además, el hecho de que se “pretende otorgar beneficios a colonos por igual” (sin diferenciar entre víctimas y victimarios), y que se haya desestimado al creación de una ‘Comisión de Verdad’.

Fundada en 1961 por el excabo del ejército nazi Paul Schäfer como una obra benefactora en el sur de Chile, Colonia Dignidad era públicamente un sitio casi idílico donde los hombres se dedicaban a la agricultura, las mujeres a las labores domésticas y los niños participaban de coros y grupos de baile.

Pero en su interior se escondió por más de tres décadas un sórdido sistema de adoctrinamiento y trabajo esclavista. Durante los 17 años de dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), el sitio fue usado, además, como un centro de detención y torturas de presos políticos.

Schäfer murió en prisión en 2010, cumpliendo 20 años de cárcel, acusado de abuso sexual a menores.

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