La pandemia de COVID-19 ha afectado a todo el mundo, pero no a todos por igual. La región afectada, la edad de la persona, su nivel de ingresos, y su acceso a la salud son solo algunos de los factores que inciden en el riesgo al que se enfrenta cada potencial contagiado.

Sin duda las personas en situación de calle se encuentran entre las más afectadas por el coronavirus, pues no tienen acceso a las condiciones mínimas de higiene, alimentación y seguridad, pero hay algunas instituciones que día a día luchan por cambiar esta realidad.

Una de estas es la Corporación Nuestra Casa, que trabaja hace 20 años con personas en situación de calle, y que pese a la pandemia, sigue recorriendo las calles de Santiago para acompañar y cuidar de quienes lo necesiten.

Semanalmente, los trabajadores y voluntarios de la fundación reparten colaciones y comparten con más de 300 personas que viven en la calle. "Hemos debido cambiar algunas rutas por las medidas de distanciamiento social, pero siempre manteniendo el contacto con las personas", dice Isabel Lacalle, directora ejecutiva de Fundación Nuestra Casa.

"Uno de mis grandes temores es que se enfermen nuestros trabajadores o voluntarios, porque no sabemos si entre la gente que acompañamos hay infectados. Pero para eso tomamos resguardos: nos sentamos lejos en el auto que hacemos los recorridos, y entregamos las colaciones con guantes y mascarillas", explica Lacalle.

La directora ejecutiva de Nuestra Casa también indica que con todo lo que está pasando "la gente en situación de calle está en un riesgo bastante extremo, en una situación muy vulnerable", pues muchos no han podido salir a trabajar y por ende no tienen los recursos para alimentarse bien. "Hemos observado algunos cambios en su salud mental, la gente está más irritable y más agresiva", dice Lacalle.

Es por eso que han decidido mantener sus rutas semanales al Hospital San Juan de Dios y a la Vega Central, a lo que se suman las 50 colaciones diarias que reparten en las comunas de Santiago.

Residencias compartidas

Pero la fundación no solo se dedica a repartir comida y acompañar, pues su principal función es administrar y mantener 9 casas, donde pueden vivir hasta 73 personas en situación de calle.

"Actualmente tenemos 9 casas activas y 3 que estamos implementando. En una de ellas viven 30 personas en situación de calle, y el resto son casas más pequeñas que generan mucha mayor intimidad entre las personas", explica Lacalle.

"Nosotros arrendamos las casas y tenemos voluntarios y trabajadores durante ciertas horas del día, pero todas las casas son auto gestionadas por las mismas personas que viven ahí, quienes aportan con el 30% de los gastos que tenemos", agrega.

Isabel comenta que el año pasado ganaron unos fondos de un programa del Ministerio de Desarrollo Social que "nos dio los recursos para poder financiar 8 casas nuevas, y en eso estamos".

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