Puede parecer ilógico, pero un guardia de seguridad, a veces, es el que menos seguridad tiene en un centro comercial. Así lo demuestra la gran cantidad de registros de agresiones y peleas en las que los agresores, que se hacen pasar por clientes para robar, atacan al personal de seguridad. La Ley de Seguridad Privada vendría a combatir esto.

Golpes, puñaladas, insultos racistas y hasta objetos sorprendentes, como una lanza, se encuentran dentro de lo que algunos guardias tienen que enfrentar en su trabajo. Un riesgo que iría en aumento.

Sandrá Serón, la madre de Sergio Ruiz Serón, un guardia asesinado, expresa que "para mí es difícil ver crecer a mi nieto tratando que él vea una figura paterna en una de las fotos". 

"El hijito entiende que el papá ya no está", lamentó.

Y todo pasó en un supermercado: Sergio, de sólo 21 años, fue apuñalado por un menor de 15 años. 

"Él no tenía chaleco antibalas, no tenía nada, no tenía algo de seguridad para proteger su cuerpo", afirma la madre.

Después de 14 años, el Congreso despachó la Ley de Seguridad Privada, que promete regular a las empresas y terminaría con vacíos legales. Hasta obligaría a guardias de alto riesgo a llevar cámaras corporales. Eso sí, aún no es promulgada.

El vocero de Aseva (Asociación de empresas de seguridad privada y de transportes de valores), Aldo Vidal, critica que esta nueva Ley de Seguridad Privada tendrá un importante rol realizado por la Subsecretaría de Prevención del Delito, ya que estará en manos "de personas que van a tener que cambiarse cada cuatro años. Es necesario continuidad". 

Los guardias quieren que esta ley funcione: quieren que, de una vez por todas, haya más seguridad para que sus familias tengan a quién ver llegar a casa. 

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