Hace 20 años, el colegio de Espíritu Santo de Canela, una comuna chilena ubicada en la Provincia de Choapa, Región de Coquimbo, acogía en sus aulas a unos 100 niños. Así, cobraba sentido su cancha, escenarios y las 10 salas de clases que componían el establecimiento. Hoy, el colegio luce desierto, sus cuatro alumnos salieron temprano y las salas parecen la escenografía de un pueblo desierto.

"En la posta me dicen que hay siete niños más que pueden ingresar, si es que los papás no se van. Colegios como éste cerraron en Colihue, Fasico, Alto, Lo Varoli y Las Palmas. Sin niños, esos pueblos van a comenzar a morir", relató Jorge Lueiza, profesor de la escuela en conversación con El Mercurio.

Esta situación no es azarosa y responde a una causa común en el Norte Chico. La sequía está generando el despoblamiento de las localidades y los pueblos, por el término acelerado de las pequeñas agriculturas familiares o los grandes cultivos productivos de paltos, viñedos, etc.

Así, las familias se ven obligadas a emigrar a los grandes centros urbanos cercanos como La Serena, Ovalle, Quillota, Valparaíso o Santiago. Esta situación, afecta a 20 comunas con decretos de escasez hídrica, según los datos preliminares del censo, zonas como Petorca, Punatiqui o Combarbalá han crecido en menos de 1.000 habitantes en dos décadas.

Medidas

El subsecretario de Desarrollo Regional, Ricardo Cifuentes, dijo al mismo medio que la falta de agua supone mayores acciones por parte del Estado. "La sequía en lo que antiguamente era el Norte verde ha intensificado el fenómeno desde el valle de Huasco a Petorca. La disminución brutal de las precipitaciones ha mermado las posibilidades de supervivencia".

En ese sentido agregó que "familias completas emigran al norte minero. Esto hace necesario establecer una política de desarrollo rural que, por ejemplo, en el secano de Coquimbo incorpore energía  para extraer agua de pozos profundos".

Este proceso ya lo había observado también la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en su informe sobre el Chile rural el año pasado. "Buena parte del campo chileno ha estado, por al menos 20 años, en un proceso de despoblamiento -especialmente en municipalidades rurales más pequeñas y menos densas- y en una desertificación socioeconómica".

"La población rural se desplaza a cuatro regionales, debido a que la estructura demográfica rural es dispersa y débil", concluye el documento.

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