A casi un mes del ataque a balazos que sufrió un profesor de karate en Calera de Tango mientras daba una clase a niños de la comuna, aún no se detiene al responsable. Claudio Báez recibió al menos cinco balazos y estuvo en estado crítico.
El ataque se produjo cuando realizaba una clase a alumnos entre 10 y 17 años y conmocionó al país por su brutalidad. Según testigos, un hombre llegó hasta el gimnasio municipal de Calera de Tango, pateó la puerta y preguntó por el profesor antes de balearlo.
Si bien la principal hipótesis que se manejaba hasta hoy era la del sicariato, es decir, que el atacante baleó por encargo a Báez, una persona que estuvo presente en el gimnasio el día del ataque planteó otra teoría.
Habla testigo clave del baleo a profesor de karate
Reportajes T13 habló en exclusiva con uno de los diez alumnos y apoderados que estaban en el lugar el día del ataque.
“Preguntó por el profesor y él pateó la puerta. Pateó la puerta para ingresar porque la chapa de la puerta de ingreso al dojo se echó a perder y como estaba afirmada solamente por un alambre, él dio la patada y dio cuatro pasos hacia el profesor y le disparó a quemarropa”, relató.
“Los niños salieron corriendo… yo en ese momento pensé que ese gallo nos iba a matar a todos, entonces fue un momento de terror”, añadió.
La Policía de Investigaciones (PDI) indaga un posible acto de sicariato, pero también sigue otras líneas investigativas. Según el testigo que habló con T13, el profesor de karate conocía al atacante e incluso trató de decir su nombre.
“Cuando el profesor le pregunta si conocía a esta persona, él asintió con la cabeza que sí y trató de dar nombre, pero no se le entendía”, aseguró el testigo.
Además, el testigo asegura que él había visto al atacante en los días previos al hecho.
“El día martes de esa misma semana yo lo vi en el estadio y después, cuando lo volví a ver, cuando preguntó por el profesor, yo dije: ‘me es cara conocida’. Y después deduje ‘claro, yo lo había visto el día martes’”, aseguró.
“Lo había visto solo por el lugar”, añadió.
Esta persona cuya identidad se mantendrá en reserva dice que podría reconocer al atacante que sigue prófugo.
“Si lo vi, era un tipo que daba lástima. Ni siquiera provocaba miedo, sólo que él iba con un arma”, contó.
“Fue un acto cobarde… ¿por qué fue cuando el sensei estaba en la clase de los niños? ¿Por qué no fue cuando estaba en la clase que hacía con los adultos”, añadió.
El profesor sigue en la Mutual de Seguridad, pero su familia asegura que está consciente.