Una nota de preocupación puso esta mañana el Informe de Política Monetaria (IPoM) publicado por el Banco Central, en cuyo marco asumió una caída del Producto Interno Bruto (PIB) para este año entre 6,25% y 5,75%, lo que es una contracción mayor a la prevista en septiembre de 5,5% a 4,5% y sitúa al país frente al peor resultado desde la crisis de los '80.

Este menor optimismo para la economía chilena cambia para 2021, ya que la entidad estima que la recuperación será de una magnitud de 5,5%/6,5%, lo que es un alza respecto del 4%/5% esperado hace tres meses.

Hacia 2022, en cambio, el ente emisor ratificó su expectativa de un crecimiento entre 3% y 4%, período en que la economía retomará los niveles de septiembre de 2019.

El banco explicó en el IPoM que el escenario económico local e internacional sigue determinado por la evolución de la movilidad de las personas y su relación con la pandemia del Covid-19. Todo en un marco de un cuadro de más incertidumbre que lo usual, con proyecciones muy condicionadas a la evolución de la pandemia y sus efectos en los ingresos de personas y empresas.

De esta forma, plantea que la economía ha mejorado tras la fuerte contracción observada en el segundo trimestre y que las medidas de apoyo a los hogares y al crédito han logrado limitar la amenaza que representaba para el bienestar de la población y la solvencia de las empresas. Sin embargo, agrega que la evolución menos favorable de las restricciones sanitarias, la lenta recuperación de los rubros más afectados y las huellas que deja la crisis, han incidido negativamente en el dinamismo de la recuperación, afectando no solo la demanda agregada, sino también la capacidad de respuesta de la oferta.

Lo anterior explica la perspectiva de una caída de la actividad mayor que lo previsto en septiembre y precisa que el recién anunciado retroceso de la Región Metropolitana a la etapa 2 del plan de "paso a paso" "puede retrasar en algo el proceso de recuperación de la economía, pero también puede reducir el riesgo de acciones más drásticas a futuro".

El escenario proyectado considera que la evolución de la pandemia permitirá mantener niveles de movilidad mayores a los de mediados de este año, y que durante 2021 se avanzará en el proceso de vacunación de la población, acorde con lo señalado por las autoridades.

Segundo retiro, menor impacto

El escenario central del IPoM, o sea el más probable, considera que, en lo inmediato, el consumo seguirá siendo impulsado por el retiro de los ahorros previsionales, aunque el impacto del segundo retiro se estima menor al primero.

En parte, dice el banco, esto responde a que la caída de ingresos provocada por la pandemia ya habría sido más que compensada por las medidas previas, y porque los recursos que podrían retirarse se concentran en los quintiles de ingresos más altos.

Agrega que, combinando este efecto con los de la recuperación de los ingresos del trabajo y las transferencias gubernamentales, el consumo privado aumentará en torno a 11% en 2021, después de retroceder cerca de 7% en 2020.

Además, el Informe destaca que el retiro de ahorros previsionales tendrá un efecto relevante en el consumo y las actividades ligadas al comercio el próximo año.

Asimismo, que el estímulo fiscal seguirá siendo positivo, acorde con el Presupuesto aprobado, y que la economía chilena recibirá un impulso externo algo mayor a lo contemplado previamente, con un precio del cobre que promediará US$ 3,15 en ese lapso.

El golpe al empleo femenino

El Informe sostiene que la mayor movilidad y la disparidad sectorial de la recuperación económica también se ha reflejado en el mercado laboral. Así, los últimos datos muestran que se ha recuperado cerca de un tercio de los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia.

Sin embargo, advierte que el aumento del empleo ha sido más lento en el sector servicios, lo que es relevante por ser más intensivo en mano de obra. En esta misma línea, destaca que este incremento del empleo se ha concentrado en ocupaciones no asalariadas y ha tenido menor impacto en las mujeres. De hecho, en el último año, la tasa de participación femenina ha caído cerca de nueve puntos porcentuales, producto de la dedicación de una proporción importante de ellas a responsabilidades familiares.

Inversión: profunda caída

En cuanto a la inversión, el IPoM señala que ha tenido una leve mejoría en lo más reciente, favorecida por la gradual reanudación de obras y faenas, aunque permanece más rezagada que lo anticipado en el último Informe. Tras caer 13% este año (-10,6% era la baja prevista en septiembre), para 2021 se proyecta que la formación bruta de capital fijo aumente 7,3%.

No obstante, se precisa que esta proyección se encuentra sujeta a grados de incertidumbre más elevados que lo usual.

Por un lado, las encuestas de perspectivas, catastros, la evolución del precio del cobre y de los activos financieros dan cuenta de antecedentes mixtos; y por otro, la situación financiera de las empresas, afectada por caídas de utilidades y mayor endeudamiento, podría limitar la capacidad de emprender nuevos proyectos.

Se suma el aún alto nivel de incertidumbre sobre el ritmo de crecimiento y su composición, así como los temores por la reaparición de episodios de violencia como los de fines del 2019.

Más medidas si es necesario

Más allá de los movimientos de corto plazo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) -que ha subido y bajado en forma sorpresiva-, el reporte sostiene que a mediano plazo las presiones inflacionarias siguen contenidas, "prevaleciendo el cierre paulatino de la amplia brecha de actividad que se abrió en meses pasados. Las expectativas de mercado han recogido la transitoriedad de los movimientos en los precios, observándose cambios a plazos más cortos y estabilidad en torno a 3% a dos años plazo".

En este escenario, el Consejo reitera que mantendrá un alto impulso monetario por un período prolongado de tiempo, de modo de asegurar la consolidación de la recuperación económica y el cumplimiento de sus objetivos.

En particular, prevé que la TPM seguirá en su nivel mínimo durante gran parte del horizonte de política monetaria de dos años. Las medidas no convencionales continuarán en aplicación, considerando los anuncios realizados en el Comunicado de la Reunión de Política Monetaria del lunes pasado.

El IPoM reitera que el escenario macroeconómico sigue mostrando más incertidumbre que lo usual. Advierte que el riesgo de un aumento significativo de los contagios sigue plenamente vigente, y podría tener efectos económicos relevantes si se deben reimponer medidas sanitarias más restrictivas. De concretarse un escenario como este, sería necesario evaluar acciones que aumenten el impulso monetario.

Los ingratos riesgos

El IPoM hace énfasis en que si bien los riesgos sanitarios parecen más equilibrados, en particular en el mediano plazo, las secuelas de la crisis sugieren un panorama económico con riesgos balanceados para la inflación, pero sesgados a la baja para la actividad.

El Informe señala que la economía transita por un proceso de recuperación que enfrenta tanto los desafíos de la evolución de la pandemia, como de la situación política tras la crisis social iniciada hace poco más de un año.

El escenario central asume que esta última seguirá la vía institucional aprobada por el Congreso.

La entidad llama a considerar que el Gobierno, las empresas, los hogares y las instituciones financieras han sobrellevado las presiones de los últimos quince meses usando extensamente las holguras acumuladas en años anteriores, lo que ha deteriorado su posición patrimonial.
Esto, como se ha señalado en Informes previos, aumenta la vulnerabilidad ante la materialización de escenarios negativos, los que podrían comprometer de forma significativa la recuperación de la economía y tener consecuencias severas sobre el bienestar de las familias y la viabilidad de muchas empresas. 

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