Aunque en los últimos meses el panorama para la economía chilena estaba mejorando -reflejado en los recientes pronósticos del Banco Central, el Ministerio de Hacienda o Consensus Forecasts-, no todos estarían de acuerdo con que el escenario podría cambiar para bien.

Uno de ellos es el Banco Mundial, que en su informe semestral titulado "El costo de mantenerse sano", recortó su estimación para el Producto Interno Bruto (PIB) nacional, y ahora prevé que la contracción será de 6,3%, dos puntos porcentuales más pesimista que la caída contemplada en el ejercicio de junio.

La revisión, sin embargo, no alcanzó solo a Chile. Si hace algunos meses se esperaba que la baja del Producto de América Latina y el Caribe fuera de 7,2%, ahora el desplome sería de 7,9%, siendo los más afectados los países caribeños.

"América Latina y el Caribe es la región más castigada por la pandemia del Covid-19, lo que pone de relieve la necesidad de proteger a la población mientras se recupera el rumbo de crecimiento", dice el reporte, que agrega que para esto, "se necesitará una combinación de medidas de salud pública y gestión económica".

En el detalle, Argentina y Perú experimentarían mermas del orden del 12%, y Ecuador y México también verían caídas en sus PIB de dos dígitos este año, de 11% y 10%, respectivamente. Desde la otra vereda, Uruguay y Brasil se verían menos impactados que Chile, con contracciones de 4% y 5,3% del Producto, de acuerdo al Banco Mundial.

Si bien las proyecciones son pesimistas, la entidad reconoce que "existen señales de que el impacto podría ser menos grave de lo que inicialmente se temía", tales como los mejores niveles del comercio mundial o que los precios de las materias primas se han mantenido "relativamente bien".

Urgencias para la región

Pensando en el próximo año, el crecimiento sería moderado tanto para Chile como para la región. A nivel nacional, en 2021 el PIB experimentaría una expansión de 4,2% según el banco, para moderarse a 3,1% en 2022. América Latina en su conjunto, vería un alza promedio de 4% en 2021, la que al año siguiente bajaría a 2,8%.

El reporte recuerda que el coronavirus llegó luego de tres años de lento crecimiento regional, escaso progreso de indicadores sociales e inmediatamente después de una ola de manifestaciones sociales en varios países. Por lo mismo, y considerando que los confinamientos afectaron desproporcionadamente a los más vulnerables, sugiere que "esto reafirma la necesidad de políticas que apunten a promover la formalización, aunque sin penalizar la tan necesaria creación de empleo".

Además, el informe destaca que "si bien los gobiernos acertadamente aumentaron el gasto para enfrentar esta crisis, los niveles de deuda pública en la región subieron de forma significativa". Por lo mismo, precisa que aunque puede que de momento las transferencias sociales de emergencia sigan siendo necesarias, "los países deberán hallar la manera de retomar la senda del equilibrio fiscal".

El camino para esto, según el banco, es "reorientar los impuestos y el gasto público para apoyar la creación de empleo, la prestación de servicios y el desarrollo de infraestructura para colocar a la región de nuevo en una senda de crecimiento inclusivo y sostenible".

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