Aunque las cosas no pintaban nada bien hace un año, hoy los qataríes dicen ser "más fuertes".

En lo que en un primer momento pareció una pelea entre David y Goliat, el 5 de junio de 2017 Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Egipto anunciaron un boicot contra Qatar, acusando al pequeño país del Golfo de crear inestabilidad en la región apoyando a grupos terroristas.

Poco después se sumaron a la medida Yemen, Libia y las Islas Maldivas.

Dichos países emitieron una lista de exigencias con 13 puntos, que incluían la interrupción de vínculos con "organizaciones terroristas", el alejamiento de Irán y el cierre de la cadena de TV Al Jazeera.

Qatar rechazó las acusaciones, calificándolas como un ataque a su soberanía y un castigo por perseguir una política exterior independiente.

El pequeño y desértico Estado, con una extensión de apenas 11.000 km2, depende de importaciones para cubrir las necesidades básicas de sus 2,7 millones de habitantes.

El bloqueo por aire, mar y tierra hacía temer que en Qatar hubiera escasez de productos básicos, como alimentos.

Un año después, ni Al Jazeera ha dejado de operar, ni Qatar quedó aislado. Aunque en los primeros momentos su economía sí se vio afectada, este pequeño emirato ha utilizado su enorme riqueza para encontrar formas de evitarlo.

El dinero del gas natural

Qatar era uno de los países más pobres del Golfo hasta que en 1939 fueron halladas grandes reservas de hidrocarburos en su territorio.

Esa riqueza empezó a ser explotada hacia el final de la II Guerra Mundial.

Qatar es el segundo mayor exportador de gas natural del mundo después de Rusia. Además, es el octavo exportador neto de petróleo en el planeta.

En respuesta al bloqueo de sus vecinos, la petrolera Qatar Petroleum, anunció en julio pasado que aumentaría su producción de gas natural en un 33 %, pasando de 77 a 100 millones de toneladas por año.

De esas exportaciones obtiene una enorme riqueza que le han ayudado a garantizar la prosperidad de su población e invertir en infraestructura que le permite vencer el bloqueo.

Pese a todo, la economía qatarí sí sintió el golpe en los primeros meses.

Los sectores del comercio, el turismo y la banca qataríes se vieron afectados por las restricciones implementadas por sus países vecinos.

La calificadora Moody's calculó que alrededor de US$30.000 millones se fugaron del sistema bancario de Qatar.

La agencia aseguró que el banco central y los fondos públicos tuvieron que inyectar en US$38.500 millones para apoyar la economía nacional.

Seguridad alimentaria

Cerca del 40% de los alimentos que importaba Qatar ingresaban por tierra a través de su única frontera terrestre con Arabia Saudita.

Debido a ello, la seguridad alimentaria se convirtió en una prioridad para Qatar desde el bloqueo de sus vecinos árabes.

Hace un año, Qatar no tenía vacas y dependía de la leche importada de su vecino. Ahora, aunque resulte difícil de creer para un pequeño país desértico, las vacas se están convirtiendo en un nuevo símbolo nacional.

La granja Baladna tiene 10.000 cabezas de ganado, con las que se cubre un alto porcentaje de las necesidades de lácteos en el país.

La mayoría fueron traídas desde Estados Unidos en aviones de Qatar Airways, justo un mes después de que empezara la crisis del Golfo.

"Todo el mundo nos decía que no podíamos hacerlo y lo hicimos", le dijo a la BBC Peter Weltevreden, quien dirige la granja.

"Nuestra promesa fue que un año después del bloqueo seríamos autosuficientes en el suministro de leche fresca".

Para sobrevivir en las duras condiciones del clima qatarí, la granja tiene un sistema de aire acondicionado y pulverizadores de agua, y las vacas son ordeñadas en una máquina rotativa.

El nuevo puerto

En septiembre pasado Qatar inauguró el nuevo puerto de Hamad, uno de los mayores de la región y vital para ayudar a la a la economía local a vencer el bloqueo de sus vecinos.

Con un costo de US$7.000 millones, este puerto está siendo clave para mantener el sector de la construcción en buen camino.

Sirve como punto de llegada de materiales para la construcción de los estadios de la Copa del Mundo 2022, como cemento y acero, que antes llegaban al puerto de Dubái y luego por tierra a través de la frontera con Arabia Saudita.

Acercamiento con Irán

La razón principal de la acción contra Qatar, según analistas, fue su buena relación con el gran rival de Arabia Saudita en la región: Irán.

Qatar explota conjuntamente con Irán el mayor yacimiento de gas natural del mundo.

El bloqueo acercó aún más a ambos países.

La relación comercial se ha intensificado entre Doha y Teherán y toneladas de alimentos salen desde los puertos y aeropuertos iraníes hacia Qatar.

Además, los aviones de Qatar Airways usan el espacio aéreo iraní para vencer el bloqueo de sus vecinos.

"Irán es nuestro vecino. Tenemos que cooperar y comunicarnos con ellos", le dijo a la BBC el ministro de Exteriores qatarí.

Tenemos diferencias con ellos sobre políticas en la región, pero no podemos resolverlas con la confrontación".

Fervor patriótico

En el mercado de Doha, Souq Waqif, los qatarís esperan el final del bloqueo, que también los ha separado de familiares y amigos en otras partes de la región.

"Los Estados del Golfo están todos conectados a través de matrimonios", dice un hombre cuya esposa, saudita, no ha podido visitar a su madre en Riad.

"Es doloroso ser separados de nuestras familias".

Sin embargo, también hay desafío y un renovado sentido de patriotismo.

Los niños en el mercado llevan globos de helio con imágenes del joven emir, Sheikh Tamim bin Hamad al-Thani.

Su cara aparece en pegatinas, tazas, camisetas y rascacielos en la bahía de Doha.

"Un año después, Qatar y su gente son más fuertes", dijo Al-Thani en una declaración este martes con motivo del aniversario del bloqueo.

"Hubo muchas declaraciones sobre el aislamiento de Qatar, pero la realidad prueba lo contrario, mientras el país emerge como un socio internacional en el que se puede confiar".

A sus 84 años, el qatarí Saad Al-Jassim recuerda los tiempos en que su nación no era rica. Dice que Qatar debe permanecer firme.

"Estamos ahora mucho, mucho mejor que antes. Lo que íbamos a comprar (a otros) ahora lo estamos haciendo aquí", agrega.

"Es mi país, lo amo y sé que es cien veces mejor que los otros".

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