Cuando tenía apenas 9 años de edad, Elizabeth Holmes le escribió a su padre una carta en la que decía que deseaba para su vida "descubrir algo nuevo, algo que la humanidad creía incapaz de hacer".

Holmes habló de esa carta en una entrevista en 2015, cuando la revista Forbes la nombró la emprendedora multimillonaria más joven del mundo, con una fortuna valorada en US$4.500 millones.

Entonces, la mujer de 31 años se perfilaba como una revolucionaria de la biotecnología, alguien que posiblemente cambiaría la forma de hacer análisis de sangre en todo el mundo.

Pero tres años después, Holmes perderá el control de su propia compañía y ha sido acusada de haber engañado a los inversionistas que apostaron más de US$700 millones en su proyecto.

Ese señalamiento fue hecho por la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), que este miércoles anunció haber llegado a un acuerdo con Holmes y Theranos, la compañía que fundó, tras una investigación sobre la oferta y venta de valores de la empresa entre 2013 y 2015.

La SEC concluyó que Theranos engañó a los inversionistas sobre la tecnología que desarrollaba y aseguró falsamente que sus productos habían sido utilizados por el ejército de EE.UU. en Afganistán.

Como consecuencia, Holmes será amonestada con US$500.000 y no podrá ejercer como directora ni trabajadora de ninguna compañía que cotice en la bolsa por los próximos 10 años.

Una funcionaria de la SEC calificó las consecuencias para Theranos como "una importante lección para Silicon Valley".

"Los innovadores que quieren revolucionar y cambiar una industria deben decirles a los inversionistas la verdad sobre lo que su tecnología puede hacer hoy en día, no solo lo que esperan que haga algún día", dijo Jina Choi, directora de la oficina regional de la SEC en San Francisco.

Theranos dijo en un comunicado difundido el miércoles que "ni la compañía ni Holmes admitieron o negaron haber cometido irregularidades".

El escrito también señaló que los directores independientes de la empresa dijeron estar "complacidos de que este asunto haya llegado a su fin".

Un ambicioso sueño

La joven abandonó la prestigiosa Universidad de Stanford para perseguir su sueño de emprender una compañía de biotecnología.

Con solo 19 años de edad fundó Theranos en 2003, con el fin de desarrollar un dispositivo innovador para realizar análisis de sangre.

Theranos se propuso como objetivo hacer las pruebas de sangre más simples, disponibles en todo momento y baratas.

Bajo esa premisa desarrolló un método con el que bastaba un poco más de una gota de sangre para realizar un análisis rápido y con resultados confidenciales.

Los avances anunciados le valieron a la empresa una poderosa carpeta de nuevos inversionistas que hicieron crecer el valor de la compañía hasta los US$9.000 millones.

Su compañía llegó a tener uno de los directorios con más personajes famosos de Estados Unidos, entre ellos los exsecretarios de Estado de EE.UU. Henry Kissinger y George Shultz, además de un exsecretario de Defensa de ese país.

Sin embargo, reportes de 2015 del Wall Street Journal sugirieron que los análisis no arrojaban datos precisos y tenían fallas.

Al año siguiente, Forbes revisó la fortuna estimada de Holmes debido a que varias agencias federales investigaban a Theranos.

Concluyeron que la valoración de la compañía era más bien de "unos US$800 millones" y que con esa cifra, la participación de Holmes "esencialmente no valía nada".

Acusaciones

La SEC alegó que Holmes y el expresidente de Theranos, Ramesh "Sunny" Balwani, hicieron una serie de declaraciones falsas y engañosas en presentaciones a inversionistas, muestras de productos y entrevistas.

El ente regulador argumentó también que la tecnología de la empresa nunca fue empleada por el Departamento de Defensa de EE.UU. y que generó ganancias de poco más de US$100.000 en 2014, en contraposición a los más de US$100 millones que Theranos había estimado ganar ese año.

Según la SEC, Theranos "solo podía analizar un número pequeño de pruebas y la compañía condujo la gran mayoría de los análisis en máquinas comerciales modificadas".

Hay quienes critican que la amonestación de la SEC a Holmes se quedó corta para la magnitud de la acusación de fraude.

"Una pena tan leve no contrarresta las enormes recompensas que se pueden obtener de promocionar una compañía nueva con un cuento de hadas y publicdad", dijo el columnista de tecnología de Reuters Breakingviews, Robert Cyran.

Sin embargo, Holmes no está exenta de enfrentarse en el futuro a acusaciones penales.

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