Cuando se trata de crear el logo de una empresa, suele ser necesario invertir una buena cantidad de horas de investigación... y dinero.

Pero los proyectos pueden resultar contraproducentes de la manera más inesperada, como demuestra la polémica surgida en torno al último producto de Nike.

La compañía de ropa deportiva se enfrenta a duras críticas de personas de religión musulmana que afirman que el diseño en las suelas de su nuevo modelo de calzado Air Max 270 se parece a la palabra "Alá" en árabe.

En dos semanas y hasta el 31 de enero, una petición en internet para que el producto sea retirado del mercado reunió más de 17.000 firmas.

"Urgimos a Nike que retire de manera inmediata este calzado blasfemo y ofensivo y todos los productos con este logo similar a la palabra Alá de sus ventas internacionales", indica la petición presentada en la plataforma Change.org.

Nike, por su parte, emitió un comunicado asegurando que el logotipo no era otra cosa que una representación estilizada de la marca comercial Air Max.

"Cualquier otro significado o representación que se interprete no es intencional", indicó la compañía.

"Nike respeta todas las religiones y tomamos en serio las preocupaciones de este tipo".

El de Nike no es el único caso de logos que acabaron generando controversia.

Los diseñadores de marcas con experiencia en el sector saben muy bien que, una vez que el producto sale al mercado, puede ser interpretado de muchas maneras y ello puede conseguir el efecto contrario al deseado por la empresa.

Como muestra de ello, te presentamos estos otros cinco ejemplos:

La confusión de las Olimpiadas de Londres

El diseño elegido para celebrar los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 se convirtió en un caso de estudio sobre una marca que salió mal.

Dado a conocer en 2007, el logotipo fue criticado por su diseño distante, con un tipo de letra radical y la elección inusual de un impactante rosa como color principal.

La reacción de muchas personas fue tomárselo a risa, e incluso algunos pensaron que las imágenes eran pornográficas.

Las autoridades olímpicas de Irán interpretaron los números de "2012" como las letras desordenadas de la palabra "Sion", como una velada conspiración a favor de Israel.

Pero aún hubo más controversia cuando los medios británicos informaron que el logotipo, diseñado por la consultora Wolff Olins, había costado más de US$600.000.

Sin embargo, según el Comité Olímpico Internacional, los Juegos de Londres 2012 generaron alrededor de US$120 millones en franquicias de productos con el polémico logo: el segundo mejor resultado de la historia.

"Rizos satánicos" en tu jabón

Procter and Gamble, la empresa estadounidense de productos de salud y cuidado personal, tuvo que lidiar con acusaciones de satanismo en la década de los 80.

Su entonces logotipo con un anciano barbudo y 13 estrellas había sido utilizado desde 1851.

Más de 100 años después, la compañía se convirtió en blanco de rumores que aseguraban que el diseño hacía referencias al diablo y que la firma realizaba donaciones secretas a cultos satánicos.

Todo porque algunas personas con una gran imaginación interpretaron la barba y el cabello del hombre como la representación de un demonio con cuernos, y se suponía que las estrellas escondían combinaciones secretas del número 666, que se asocia tradicionalmente con el demonio.

La empresa acabó modificando el logotipo en 1991, pero tuvo su revancha cuando en 2007 ganó una demanda de US$19 millones contra la empresa rival Amway, ya que resultó que ésta estuvo implicada en la difusión de los rumores.

La universidad del inodoro

El intento de la Universidad de California de modernizar su imagen institucional se acabó yendo por el desagüe en 2012.

Una nueva marca diseñada sobre todo para ser utilizada en diplomas y membretes tenía la intención de dar un toque moderno a la prestigiosa escuela.

Pero no pasó mucho tiempo hasta que los estudiantes la comenzaran a llamar "el inodoro" por su forma, y el diseño fue ridiculizado en buena parte de Estados Unidos.

Por ello, no sorprendió a nadie cuando fue rápidamente retirado.

Plagio olímpico

Hay otro famoso y más reciente caso que salpicó a unas Olimpiadas.

En 2015, el comité organizador de los Juegos de Tokio 2020 descartó su primer logotipo tras recibir acusaciones de plagio.

El diseñador belga Olivier Debie emprendió acciones legales contra el comité después de afirmar que su colega japonés Kenjiro Sano había copiado el emblema que él había creado para un teatro en Bélgica dos años antes.

Kenjiro y las autoridades olímpicas negaron las acusaciones.

Pero, un año después, el logo de Tokio 2020 fue sustituido por el "Emblema a Cuadros Armonizado" de Asao Tokolo.

Un sabor amargo de jugo

La mundialmente famosa marca de jugos Tropicana se quedó con un regusto amargo cuando decidió cambiar el logotipo de su línea de jugos de naranja en 2009.

La compañía sustituyó su tradicional imagen de una naranja por un vaso lleno de jugo.

Tropicana gastó entonces millones de dólares para el rediseño de su producto más vendido en el mercado norteamericano.

Sin embargo, una vez que los nuevos envases salieron al mercado, los consumidores dejaron claro que no les gustaba.

Una estrepitosa caída del 20% en las ventas hizo que Tropicana volviera al diseño original.

Un directivo de Tropicana admitió que "habían subestimado el vínculo emocional que los clientes tenían con el embalaje original".

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