El miércoles pasado la constructora Odebrecht y su brazo petroquímico Braskem se declararon culpables ante el tribunal de Estados Unidos por ofrecer dinero a cambio de contratos en 12 países de Latinoamérica y África.

Según el Departamento de Justicia norteamericano, Odebrecht asumió haber estado involucrada en un "entramado de sorbono masivo durante más de una década, iniciado en 2001".

"Durante ese periodo, Odebrecht pagó cerca de US$788 millones en sobornos a funcionarios de Gobierno, sus representantes y partidos políticos en varios países para obtener negocios", señala un documento del Tribunal del Distrito Occidental de Nueva York.

Los pagos se hicieron en relación con "más de 100 proyectos en 12 países, incluidos Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela", detalla además el escrito. 

Tras su declaración en Estados Unidos —la cual se realizó bajo el mecanismo de delación compensada—, la compañía brasileña firmó un acuerdo con los gobiernos norteamericano, suizo y brasileño con lo cual se compromete a pagar US$3.500 millones para que Odebrecht y Braskem se liberen de las acusaciones judiciales en los tres países. 

La cifra representa la multa más alta jamás pagada en el mundo en acuerdos de este tipo. 

Los cuantiosos sobornos fueron descubiertos en medio de las investigaciones de la Fiscalía brasileña por la Operación Lava Jato, un esquema de corrupción alrededor de Petrobras. 

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