Durante casi una hora, representantes de UberEats, Rappi, PedidosYa y Cornershop se reunieron este jueves con la seremi de Salud de la Región Metropolitana, Paula Labra, para conocer los protocolos de cada una de las compañías, y ver si estaban realmente preparados  para repartir alimentos sin exponer a repartidores y clientes. La cita se concretó luego de que se conocieran varias imágenes de repartidores aglomerados esperando en un local McDonalds de Providencia para el día de la Hamburguesa, el 28 de mayo pasado, que a todas luces supuso la posibilidad de que ahí surgiera un foco de contagio de coronavirus.   

En la antesala, había cierta aprehensión entre las compañías del tenor del encuentro, porque fueron invitados a conversar sin recibir mayores detalles. Algunas de ellas incluso temían recibir multas por los últimos acontecimientos. 

En la reunión cada firma tuvo que sincerar las medidas que habían tomado para asegurar que los repartidores cumplieran con protocolos, de manera de asegurarle a las personas que sus envíos llegan a casa libres de contagio. Todo esto, en medio de mensajes esparcidos por redes sociales que denuncian la posibilidad de que ciertos repartidores pudieran haber llevado el virus a algunas casas. 

Además estaba en el ambiente, la reciente noticia de que la gigante tecnológica Amazon había sido demandada por sus propios empleados que acusaban que la empresa no había cumplido con medidas de seguridad básica para sus trabajadores, lo que había provocado contagios e incluso la muerte de uno de ellos. 

Por eso uno de los puntos más relevantes desde las compañías fue subrayar a la autoridad sanitaria que los repartidores no tienen una relación laboral con las empresas, entonces no es posible obligarlos a seguir ciertos comportamientos, si bien aclararon que durante la pandemia han recomendado lavarse varias veces al día las manos, usar alcolgel y mascarilla.

UberEats aclara, por ejemplo, que ha tenido un aumento del 40% de pedidos cada semana, pero además el mismo aumento de porcentaje de interesados por convertirse en repartidores, y por lo mismo, agregan, los capacitan constantemente y les reembolsan todos los productos que utilizan para cerciorar envíos seguros.

¿Foco en restaurantes?

Las empresas también explicaron algo que la autoridad desconocía: que aprobar un pedido no depende de las plataformas, sino que de los propios locales o restaurantes, que pueden rechazar una solicitud, si están ad portas de cerrar el local o, por ejemplo, si tienen exceso de pedidos, porque si los aceptan, son ellos quienes tienen que aseguran los protocolos, para que los repartidores mantengan la distancia, tal como lo hacen los supermercados.

“Si un restaurante observa que el volumen de pedidos en curso dificulta el garantizar las medidas de seguridad les hemos recomendado pausar la entrada de pedidos hasta que el volumen pueda ser controlado de forma efectiva”, explican desde Rappi. 

Como los locales están siendo cuestionados, la autoridad fijará una reunión con el rubro para exigir el cumplimiento de protocolos, sobre todo sanitarios, en la preparación de las comidas y en el modo que la envían a las casas. 

En las empresas saben que el tema es delicado, porque la imagen de mochilas con sus marcas sin cumplir con las distancias exigidas por la autoridad, o cualquier reclamo de clientes respecto a irregularidades en los envíos, reconocen, es un ataque a su reputación y les puede costar muy caro. 

Por lo mismo, hubo consenso con la autoridad de tener una comunicación más fluida y exigente con los restaurantes; además de poner a disposición del gobierno sus aplicaciones, para hacer campañas de prevención en conjunto, algo esencial, porque en opinión de las compañías un mensaje de la autoridad, y el reforzamiento de ellos, como cabezas intermediarios puede generar mayor conciencia, de manera que no ocurran nuevos focos de contagio, en celebraciones venideras, que es lo que le preocupa a la autoridad. Sobre todo considerando que las solicitudes en esta industria, aumentan del orden del 40% por semana, lo que indica que para las personas es un servicio, que en medio de la pandemia, es muy valorado y usado, pero que si se usa mal, puede generar daños a la salud. 

Por lo mismo, la autoridad les advirtió que fiscalizará a repartidores y comercio con más frecuencia, y las compañías deberán buscar nuevas fórmulas para verificar que los protocolos se están cumpliendo. Por ejemplo, exigiendo que los repartidores envíen fotos de cómo están haciendo los repartos, varias veces al día, y hablando con los encargados de restaurantes de modo de asegurar que ellos también cumplen con medidas adicionales para asegurar el distanciamiento entre repartidores.

 

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