Por Sandra Burgos A.

Dominga era el proyecto estrella de la familia Délano Méndez. Cuando compraron el proyecto al fondo minero de Larraín Vial, tenía un potencial de recurso minero de 200 toneladas, hoy es de 2.000 millones, es decir, realmente una “mina de oro”.

Pero, desde que el caso Penta se destapó, la viabilidad de la compañía se volvió más frágil. Con la familia Délano Méndez como principal accionista -80% de la propiedad-  y con la querella del Consejo de Defensa del Estado por la eventual responsabilidad jurídica de la firma Andes Iron, empresa a cargo del proyecto "Dominga"; el camino se puso cuesta arriba.

Por esa razón, hace unos días la familia Délano Méndez decidió vender la totalidad de su participación en la sociedad, manteniéndose en el holding minero la familia Garcés Silva que tiene el 15%.

De esta forma, la compañía dio inicio a la búsqueda de nuevos inversionistas, para lo cual contrató la asesoría de un banco de inversión extranjero, así como a la firma de abogados Carey & Cía.

El anuncio se formalizó esta semana con la firma de un protocolo, suscrito por los accionistas, directores y principales ejecutivos de Andes Iron, que establece el plan de acción para facilitar el ingreso de nuevos inversionistas. Asimismo, define el financiamiento del plan estratégico de la compañía y le entrega las facultades necesarias al hoy presidente ejecutivo de la sociedad, Iván Garrido De la Barra, para liderar esta nueva etapa. 

La idea de este proceso es que Andes Iron pueda seguir con su objetivo de seguir avanzando en los estudios de factibilidad y la obtención de los permisos ambientales que le permitan desarrollar el proyecto minero.

Dominga considera la extracción y comercialización de concentrado de hierro de alta ley y concentrado de cobre como subproducto. Con una inversión estimada de US$2.500 millones y una vida útil de 27 años, proyecta una capacidad productiva anual promedio de 12 millones de toneladas de concentrado fino de hierro y 150 mil toneladas de concentrado de cobre. 

Hasta antes que se destapara el Caso Penta, los inversionistas de Dominga habían invertido cerca de US$ 300 millones, considerando la compra del proyecto.

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