La Fiscalía de Stuttgart (suroeste del país) sospecha que el directivo, durante su gestión al mando del mayor accionista de Volkswagen -la sociedad Porsche SE- tuvo conocimiento de antemano del fraude de los motores que sumió a la compañía en la peor crisis de su historia y no cumplió con el deber de comunicarlo a los inversores.

Müller fue designado máximo responsable del consorcio automovilístico como sucesor de Martin Winterkorn, quien se vio obligado a dimitir en septiembre de 2015, pocos días después de que el grupo admitiese ante la presión de las autoridades de Estados Unidos que había trucado los motores de más de once millones de coches en todo el mundo.

Junto al actual presidente de Volkswagen, la Fiscalía también investiga al propio Winterkorn y al presidente del Consejo de Vigilancia, Hans Dieter Pötsch.

Volkswagen reconoció hace casi dos años haber manipulado millones de automóviles para simular, en pruebas de laboratorio, emisiones contaminantes menores a las reales.

Según la versión oficial de Volkswagen, la junta directiva se enteróde la manipulación en septiembre de 2015, pero posteriormente salieron a la luz versiones de que el tema fue tratado a finales de julio en una reunión de alto nivel en la que se barajaron diferentes opciones sobre cómo reaccionar ante las autoridades de Estados Unidos, que destaparon el engaño.

La responsabilidad de los ejecutivos de Volkswagen es investigada en Alemania por la fiscalía de la ciudad de Brunswick. Los fiscales elevaron cargos contra 31 personas.  El "Dieselgate", como fue bautizado el gran fraude en Estados Unidos, ha costado al mayor productor de automóviles del mundo miles de millones de euros por pleitos legales y multas. El grupo con sede en Wolfsburgo también afronta causas penales y uno de sus ejecutivos en Estados Unidos cumple prisión preventiva.

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