La aprobación de esta medida "de precaución" fue anunciada después de dos años de especulaciones sobre si el organismo crediticio participaría en el programa de rescate heleno, uno de los requisitos que habían puesto los socios y acreedores europeos de Atenas.

El préstamo de contingencia, que responde a un "principio de acuerdo", equivale a 1.300 millones de derechos especiales de giro (la moneda nominal del FMI), es decir, un 55 por ciento de la cuota que Grecia tiene en el organismo.

En su escueto comunicado, el FMI no especificó lo que pedirá a cambio del desembolso del préstamo.

El FMI ha insistido en la necesidad de que los países acreedores de Grecia "alivien” su deuda. Las autoridades griegas se han esmerado en acceder a los mercados de crédito internacionales en 2018.

Este mismo jueves (20.7.2017), el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, destacó los "importantes progresos" logrados por Grecia y, ante la cautela expresada por las autoridades helenas, dijo que es Atenas quien debe decidir si vuelve al mercado de capitales.

El BCE dejó de aceptar deuda helena como garantía en sus operaciones de refinanciación a mediados de febrero y desde entonces los bancos griegos dependen de la liquidez de emergencia, que es más cara. La financiación de la deuda griega se ha hecho cada vez más complicada; dada su magnitud, se considera que a la postre no va a poder pagarse en su totalidad sin que Atenas acuerde una quita con sus acreedores. 

Publicidad