Es una enorme recopilación de datos que se traduce en un mapa y un dato sorprendente: 5 países acaparan el 85% de la pesca en alta mar de todo el planeta.

Investigadores usaron computadoras para analizar 22.000 millones de mensajes de ubicación transmitidos por busques marítimos y así determinar cuál es el tamaño de la actividad pesquera en el mundo.

El análisis revela que más del 55% de la superficie de los océanos son explotados de manera industrial.

Al analizar qué sectores participan se determina que la superficie que ocupa la pesca es cuatro veces más grande que la de la agricultura.

Este "mapa de calor" muestra cuáles son los puntos en los que se concentró la pesca en 2016.

La investigación fue liderada por David Kroodsma, del grupo de estudio de la sustentabilidad de la industria pesquera Global Fishing Watch.

Los resultados fueron publicados en la revista Science.

5 grandes países

El equipo fue capaz de producir "mapas de calor" para ilustrar dónde es más intensa la actividad pesquera.

Se puede ver cuál es la presencia en el Atlántico noreste, o en el noroeste del Pacífico, así como en las ricas regiones pesqueras en las aguas de Sudamérica y África Occidental.

Sorprendentemente, las flotas de cinco países acaparan el 85% de la pesca en alta mar, es decir, lejos de sus zonas económicas exclusivas: China, España, Taiwán, Japón y Corea del Sur.

El equipo dice que en el periodo que estudiaron fueron registradas más de 37 millones de horas de pesca.

Eso implica que los buques consumieron 20.000 millones de kilovatios-hora de energía y navegaron un total de 460 millones de kilómetros.

Tomando en cuenta solo 2016, la siguiente tabla muestra las millones de horas que invirtieron las flotas de los 15 países que más pescaron ese año.

Eso es 600 veces la distancia a la Luna ida y vuelta.

La pesca con palangre en el océano abierto, con la que se captura atún, tiburón y marlines, era la actividad más extendida a nivel mundial: fue detectada en 45% de los océanos.

Rastrear barcos

Kroodsma y sus colegas han estado analizando los datos procedentes de los equipos transpondedores que todos los grandes buques tienen que llevar.

Ese equipo es parte del Sistema de Identificación Automática (AIS, por sus siglas en inglés) a través del cual los barcos envían información sobre su posición, rumbo y velocidad en un espacio de unos segundos.

Estos mensajes se pueden detectar desde el espacio a través de satélites.

El equipo de Kroodsma revisó los datos de 2012 a 2016, periodo en el cual más de 70.000 barcos enviaron sus mensajes de navegación que fueron analizados a través de algoritmos.

Así se puede seguir el movimiento de los barcos y determinar qué tipo de pesca realizan, con redes o con palangre, por ejemplo.

"Lo más interesante es lo que viene a continuación", dijo David Kroodsma a la BBC.

"Ahora podemos hacer preguntas para las cuales tenemos datos: ¿dónde están las diferentes especies en riesgo debido a la captura incidental?", explica.

"¿Qué partes de los océanos necesitan más protección? Ahora podemos tener una discusión mucho más informada".

El "clima" político y cultural

La investigación muestra que las mayores influencias en la pesca no son las del medio ambiente, como las condiciones del verano o el invierno, o si se da el fenómeno de El Niño o migran los peces.

Los principales factores que mueven la industria son en gran medida políticos y culturales.

"Se podría pensar que la actividad pesquera sigue el pulso natural de las estaciones, pero en realidad eso es secundario", dice

Lo que de verdad influye en la actividad pesquera son los descansos de fin de semana, o cuando hay una moratoria, o si se atraviesa un día festivo, explica Kroodsma.

"Debido a que la pesca es una actividad industrial ligada a la política y a la cultura, esto es en realidad un mensaje positivo", dice Kroodsma.

"Está totalmente dentro de nuestro poder cambiar las cosas", dijo a la BBC.

Barcos fantasmas

A pesar del gran trabajo, lo que los investigadores consiguieron no es una imagen completa de la actividad marítima porque no todos los barcos tienen el sistema AIS.

Los más pequeños no están obligados a usar transpondedores, y otros que sí deben tenerlo pueden apagarlo cuando desean ocultar su actividad ilegal.

Pero el análisis registra la mayor parte de la actividad en alta mar, donde operan los buques más grandes. Así que el panorama es casi completo en esas regiones.

Al comentar el estudio, Elvira Poloczanska, del Instituto Alfred Wegener alemán, dijo que el AIS se había convertido en una herramienta nueva y poderosa.

"Nuevas aplicaciones de los datos AIS incluyen seguimiento de flotas y cargas, supervisión nacional de la flota pesquera y la seguridad marítima", dijo a la revista Science.

"Por ejemplo, los datos AIS está dando información sobre rutas de comercio marítimo, corredores de buques y flujos comerciales para la toma de decisiones", señaló Poloczanska.

Global Fishing Watch tiene todos los datos del estudio disponibles para su descarga. También se puede acceder a través del sistema de Google Earth en su página: https://globalfishingwatch.org/map/

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