El gobierno de Francia anunció la prohibición de la venta de huevos frescos criados por gallinas enjauladas. La medida entrará en vigencia a partir de 2022 y está enfocada a que los denominados huevos de "gallinas felices" se destinen para el consumo. 

Sin embargo, la producción en jaulas no se detendrá del todo, pues se utilizará para productos transformados a base de huevos.

La propuesta había sido uno de los compromisos que Emmanuel Macron, actual presidente del país galo, había presentado durante su campaña a sabiendas que la industria de huevos francesa mueve más de $US 17.368 millones al año, siendo la más potente a nivel europeo.

El ministro de Agricultura de dicho país, Stéphane Traver, señaló que “en 2022, los huevos frescos se venderán de criaderos al aire libre y no de los de jaulas. Se trata de un compromiso de nuestra campaña (electoral) y lo mantendremos”.

Por su parte, distintas organizaciones medioambientales abogaban por la puesta en vigencia de ésta propuesta, ya que denunciaban que los animales vivían apiñados en espacios cerrados sin luz natural, por lo que eran condiciones perjudiciales para las gallinas y, a la larga, para los humanos, pues había una mayor exposición a enfermedades para las aves.

Por otro lado, algunas cadenas de supermercados ya se habían adelantado a la medida y solo vendían huevos de "gallinas felices". 

 

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