Un barril de petróleo a US$ 0 parece cada vez más cercano. Y es que la preocupación por la demanda del crudo sigue instalada en la medida que el avance del coronavirus le pegó un remezón a la economía mundial. 

A esta el barril West Texas, de referencia en EEUU, se hundió  00% en la sesión de hoy y se instaló en -US$ 6. Es decir, el precio establece que se le paga al comprador para que se lo lleven.

Un mes atrás Paul Sankey, analista de Mizuho Securities, recibió no pocas críticas cuando llegó a plantear un escenario que parecía, cuando menos, extremo: una eventual caída del precio del petróleo a cero dólares, o incluso a precios negativos en la medida que unos 20 millones de barriles al día no encontraran destinatario, el equivalente a cerca del 20% de la producción previa a la crisis del coronavirus. 

Un mes después, las previsiones de derrumbe de la demanda alcanzan mayores dimensiones: 29 millones de barriles diarios en abril, según la Agencia Internacional de la Energía, que añadía a esta previsión una advertencia: "nunca antes" se ha llevado tan al límite la capacidad de almacenamiento.

La OPEP baraja en sus estimaciones un desplome algo más atenuado de la demanda: 20 millones de barriles diarios, lo que no impide que reconozca abiertamente que abril será el peor mes de la historia para la industria petrolera.

La denominada OPEP+ (los países de la OPEP más aliados como Rusia) acordaron reducir su producción en cerca de 10 millones de barriles diarios, aunque el recorte total podría oscilar entre los 15 y los 20 millones por el desplome del bombeo en otros países productores, entre ellos EEUU y Canadá. Estas cifras aún se quedarían por debajo de la caída de hasta 29 millones de barriles prevista por la AIE para el mes en curso.

Los focos de los operadores del mercado del petróleo se desplazan por tanto hacia los grandes centros logísticos de almacenamiento de crudo en EEUU, y en especial a Cushing, en Oklahoma, punto de distribución del barril West Texas, de referencia en el mercado estadounidense.

El volumen de crudo almacenado aumenta a medida que las refinerías paralizan su actividad para adaptarse al desplome de la demanda por las medidas de confinamiento motivadas por el coronavirus. EEUU, convertido en los últimos años en el mayor productor de crudo gracias al auge del 'shale oil', se enfrenta ahora al problema de dar salida a su producción, debido al derrumbe de la demanda tanto interna como externa.

Los analistas señalan que el principal temor ahora es el colapso de la infraestructura de almacenamiento. Esta situación se evita, de momento, gracias al 'almacenamiento extra' en los grandes buques petroleros. Según datos de Reuters, hasta 160 millones de barriles estarían actualmente en buques petroleros, un nuevo récord histórico y el doble de hace dos semanas.

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