Las compañías petroleras intentan mantener en alto el precio del combustible o por lo menos que no baje tanto, como sí lo hace posible el mercado petrolero. El batacazo del petróleo se siente también en las gasolineras: el gasoil se vende a 1,08 euros el litro en las cien ciudades más grandes, 10 céntimos menos que en abril. Esto es positivo para las familas que empiezan en breve sus vacaciones estivales en Alemania.

¿Buenas perspectivas para el precio del petróleo?

Las expectativas son positivas, porque continuará la presión sobre los precios en el mercado petrolero. El petróleo será más barato en todo el mundo. Unas informaciones sobre la producción de petróleo en Libia originó otra caída del precio del petróleo. El crudo del norte, de la marca Brent, costaba 55 dólares el barril en abril de 2017 y ha ido bajando hasta 45,42 dólares. No solo en tierra, los depósitos están llenos, sino también los petroleros sin destino ni fecha de entrega concretos están cargados hasta los topes.

"El mercado está muy deteriorado", informó la entidad bancaria Metzler a sus clientes. Se ofreció un precio más bajo, 46,2 dólares, por los barriles de 46,3 dólares. En las próximas semanas, el mercado del petróleo intentará probar la cotización límite  de 42,70 dólares, lo que no descarta Eugen Weinberg, el especialista de energía del Commerzbank. Después el precio aumentará, mejor dicho, tendrá que aumentar, porque la producción de petróleo esquitoso en Estados Unidos es muy costosa, unos 70 dólares de costes de producción.

¿Cooperación? No del todo

La explotación de las fuentes a través del fracking o fracturación hidraúlica se puede conectar y desconectar rápidamente. Esto se lo pone difícil a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El intento en noviembre de 2016 de reducir la producción de petróleo del cartel, fue un desacierto. Incluso Rusia se había comprometido a reducir la producción diaria en 1,8 millones de barriles. El acuerdo acordado para la primavera de 2017, entretanto se ha postergado hasta marzo de 2018. "Iniciamos una nueva era de la cooperación", dijo el ministro de Energía ruso, Alexander Nowak.

Puede ser que la cooperación no fuera del todo intensa. Primero, los responsables de los frackings en Estados Unidos pretendían vender los barriles que la OPEP había dejado en tierra. Además, Libia y Nigeria, países que no querían colaborar en la reducción de la producción, abrieron aún más sus yacimientos petrolíferos.

Para la coyuntura, una bendición más que una maldición

Por otro lado, la inestabilidad política, que se produjo entre Qatar y sus vecinos, no contribuyó a reducir la disponibilidad del petróleo en el mercado: quien quería petróleo, lo podía adquirir.

Además, el bajo precio del petróleo en las Bolsas parece contradictorio. Por un lado, se interpreta como una señal de caída de la demanda y, por lo tanto, se traduce como actividad industrial remisiva. Esto presiona la cotización de las acciones. Al mismo tiempo, según Weinberg del Commerzbank, se valora "más como bendición que maldición" para la coyuntura económica. Por lo menos, la coyuntura de consumo puede empujar el bajo precio del petróleo. Quizá se note en los destinos vacacionales, cuando las familias consuman más helados o comida, ya que se ahorró el dinero en la gasolinera.

Publicidad