AFP

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, criticó este miércoles al Fondo Monetario Internacional (FMI) por rechazar algunas "medidas compensatorias" que Atenas propone a sus acreedores para sellar un acuerdo que evite su default, horas antes de una nueva reunión en Bruselas.

"El repetido rechazo de medidas compensatorias por algunas instituciones nunca sucedió antes, ni con Irlanda o Portugal", dos países que recibieron un prorgama de asistencia financiera, escribió Tsipras en su cuenta oficial de Twitter.

"Esta inhabitual postura parece indicar que o no hay interés en un acuerdo o que se respaldan intereses especiales", añadió en otro mensaje. Sin citarlo, Tsipras apuntaba contra el FMI, indicó a la AFP una fuente gubernamental griega.

El primer ministro griego cargó así antes de partir hacia Bruselas, en donde lo esperan la directora del Fondo, Christine Lagarde, y los presidentes del Banco Central Europeo, Mario Draghi, de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

La semana pasada Tsipras atribuyó una "responsabilidad criminal" al FMI por la situación en Grecia y pidió a los acreedores europeos que "juzguen las duras propuestas" del Fondo en las negociaciones.

Trabajo por hacer

La reunión al máximo nivel en Bruselas entre Grecia y sus acreedores se celebra cuando existen "dificultades", según una fuente diplomática, en las negociaciones para sellar un acuerdo que esta noche los ministros de Finanzas de la zona euro deberán avalar. "Aún falta trabajo", dijo Dijsselbloem al llegar al encuentro con Tsipras.

La cita precede un Eurogrupo, el tercero en menos de una semana, organizado para avalar el acuerdo que negocian Atenas y sus acreedores -UE, BCE y FMI- desde la cumbre extraordinaria del lunes, día en que el gobierno griego presentó una serie de reformas y ajustes consideradas por sus socios como "una buena base" para negociar.

Grecia endurece su programa y se acerca a un acuerdo para evitar el default

Según una fuente gubernamental griega, el FMI no aceptó las propuestas de Atenas relativas a un alza de los impuestos a los altos ingresos o el restablecimiento de las cotizaciones de los empleadores al nivel de antes de la crisis de la deuda de 2010.

Estas cotizaciones fueron reducidas los últimos años, en los sucesivos planes para relanzar la economía griega, medidas dictadas por los acreedores del país y votadas por el anterio gobierno de coalición de derecha y socialistas, explicó la fuente.

Una fuente diplomática en Bruselas confirmó que el martes hubo diferencias entre los acreedores pero que desde entonces lograron "una posición común" por lo que le toca a Atenas ahora pronunciarse sobre esta posición. Lo que explica el motivo del encuentro al máximo nivel antes del Eurogrupo.

Calendario ajustado

De este acuerdo depende el desbloqueo de 7.200 millones de euros del segundo plan de rescate financiero que Atenas necesita para pagar vencimientos al FMI antes del 30 de junio. Esta partida está bloqueada desde el verano pasado.

Las propuestas griegas prevén ajustes por unos 8.000 millones de euros para este año y el próximo. Si la parte griega aceptó el principio de un superávit primario de 1% este año y 2% el próximo, como lo plantearon sus acreedores, algo que bloqueó durante mucho tiempo un acuerdo, las dos partes no están de acuerdo sobre los diferentes niveles de IVA y la reforma de las jubilaciones.

De alcanzarse un acuerdo, Tsipras tendrá que hacerlo avalar por su Parlamento, lo que podría ser una etapa delicada. Ello abriría la vía para que el Bundestag alemán y otros parlamentos del bloque se pronuncien en los próximos días, lo que tampoco será fácil.

Todo esto antes del 30 de junio, día en que vence el pago al FMI así como el programa de rescate después del cual, si no hay acuerdo, Atenas no tendrá más a disposición los 7.200 millones de euros.

Con este calendario más que ajustado, envuelto de incertidumbre, los griegos intentan recuperar sus ahorros en los bancos por el temor a un corralito. Este miércoles el BCE aumentó por quinta vez en ocho días el techo de la ayuda de urgencia (ELA) concedida a la banca griega, verdadero salvavidas para los bancos en donde los depósitos caen desde hace días.

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