Uno de los grandes dilemas de muchos países de América Latina: seguir dependiendo de la explotación y exportación de materias primas o fabricar productos propios con recursos naturales y abrirse hacia un nuevo mercado.

Los fenómenos del Calentamiento Global y el Cambio Climático han llevado a la humanidad a buscar alternativas energéticas para reducir el impacto ambiental en el planeta, específicamente, disminuir las emisiones de CO2, como estipula el Acuerdo de París. Las fabricantes de vehículos a combustible convencional, por ende, deberán buscar otras formas para avanzar hacia la electromovilidad, en la transición hacia las energías limpias. En ese contexto, Latinoamérica podría ser un protagonista con potencial.

"Es una desventaja para los países de Latinoamérica depender solamente de las exportaciones de materias primas. Ni siquiera podemos pensar en productos con valor agregado. Recién estamos discutiendo qué tipo de industrias podemos implementar, estamos muy atrasados. En Chile, el tren se nos fue hace 10 años, y eso debido a malas decisiones políticas", afirmó a DW Domingo Ruiz, Doctor en Química y académico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago de Chile.

China lleva la delantera

En Chile, Argentina y Bolivia se ubica el "triángulo del litio”, donde se encuentran las mayores reservas mundiales de este material (85%). Con el litio se fabrican baterías de cámaras fotográficas, teléfonos móviles y de automóviles eléctricos en todo el mundo.

Australia, China, Chile y Argentina son los principales productores mundiales de este material. Sin embargo, y a diferencia de sus rivales directos, el gigante asiático no solo ha aprendido a explotar esta materia prima, sino que también ha logrado crear una gran industria de baterías de ion litio, además de un mercado de vehículos eléctricos de gran presencia internacional. De hecho, la empresa china BYD (Build Your Dreams) fue la que más vehículos eléctricos vendió en 2018, con 247.811 unidades. El transporte público de Chile posee buses eléctricos de la misma marca china.

La capacidad de producción y extracción china está muy avanzada con respecto a Latinoamérica. Según Jaime Alée, Ingeniero Civil Eléctrico, experto en baterías de litio y Asesor Senior del Centro de Energía de la Universidad de Chile, "tener sal no implica que uno pueda hacer buenas ensaladas. No basta con tener la materia prima para tener asegurado el desarrollo hacia una industria. Se tiene que entrar de lleno en la industria de las baterías de litio si se pretende desarrollar una industria, olvidándose de que se dispone del material”.

En tanto, Carlos Soruco, cofundador de Quantum, primer vehículo eléctrico fabricado en Bolivia que funciona con baterías de litio, afirma en entrevista con DW que considera "que si Bolivia y otros países de la región realizan una política pública seria en la extracción y producción del litio, puede constituirse como un protagonista muy importante en la electromovilidad”.

Los autos eléctricos ya se venden

El Quantum se comercializa en la ciudad boliviana de Cochabamba, la más polucionada del país y con la peor calidad de aire en Sudamérica, con un 92% de contaminación proveniente del parque automotor, según la organización Swisscontact, en Bolivia. El presidente boliviano, Evo Morales, respaldó la apertura al mercado de este vehículo eléctrico e incluso condujo uno de ellos.

"Brindaremos todo nuestro apoyo a los ejecutivos y técnicos de la empresa Quantum, orgullo cochabambino y boliviano, que inaugura con creatividad y esfuerzo el nuevo ciclo de industrialización de autos eléctricos en nuestra querida Bolivia”, escribió Morales a través de su cuenta de Twitter.

Un 60% del Quantum se construye con piezas importadas. El 40% restante es fabricado en Bolivia. Tiene la capacidad de transportar a tres personas, una autonomía de 70 km, puede alcanzar los 42 km/h y se demora 6 horas en recargarse. El precio oscila entre los 5.000 y 6.000 dólares estadounidense.

"Nuestros autos son vehículos urbanos de baja velocidad, lo que difiere del concepto clásico de los autos a combustión. En este sentido, nuestro producto se constituye en una alternativa económica, eficiente y ecológica a dicha movilidad clásica”, agregó Soruco.

Argentina también se volcó a esa industria y presentó el Sero Electric, producido en Morón, Provincia de Buenos Aires. Este es ensamblado en un 80% en el país. Sus baterías de litio le otorgan entre 70 y 80 km. Se demora entre 5 y 7 horas en recargarse, con una velocidad máxima de 45 km/h. Los precios van desde los US$ 9.900 hasta los US$ 14.600.

Guadalupe Naya, coordinadora de Marketing de Sero Electric, explicó a DW que "nosotros somos una empresa pequeña que, con muchísimos años de trabajo, pudo contar con la realización del proyecto y, hoy en día, contar con la fábrica de producción con capacidad de 2 vehículos diarios a producir. En los próximos años se desarrollarán muchas más empresas de este tipo en la región".

¿Están las condiciones para desarollar autos eléctricos?

Domingo Ruiz considera que es poco viable desarrollar una industria de autos eléctricos en la región. "Chile también podría presentar un prototipo como Bolivia y Argentina, pero eso no es sinónimo de tener una industria automotriz eléctrica. Mientras un auto eléctrico cueste tanto es inviable comercializarlo. Aquí la pregunta es si es rentable, no si es posible”.

Carlos Soruco, por su parte, no concuerda del todo: "Quizás en lo inmediato no, pero dado el avance de la tecnología en este rubro, y si se le suma esa política pública y una sincera voluntad de apuntar hacia este tipo de soluciones ecológicas basadas en desarrollo local sustentable, Latinoamérica puede volverse un referente en la temática".

El ingeniero Jaime Alée, en tanto, concluye que no es posible desarrollar un mercado de vehículos eléctricos en Latinoamérica: "Se confunde la produccion industrial con los prototipos. No es difícil hacer prototipos de autos eléctricos o solares, pero no se pueden hacer masivamente. Porque no son competitivos y no tiene un precio razonable. Ni Argentina, ni Chile ni Bolivia tienen la capacidad de desarrollar vehículos eléctricos competitivos a escala global porque no tienen las capacidades financieras ni tecnicas para hacerlo".

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