Por Cristián Rivas

Hace justo un año, el reconocido empresario Rafael Guilisasti dejó de improviso su cargo como consejero de la Corfo —donde permaneció durante cuatro años— y se integró como presidente a los directorios de las sociedades cascada Norte Grande, Oro Blanco y Pampa Calichera, a través, de las que Julio Ponce mantiene el control de SQM. 

Imposible que la noticia pasara inadvertida. Muy pocos días antes, el mismo Ponce había dejado los directorios de estas sociedades y el mercado estaba expectante sobre quién sería su reemplazo.

Lo que nadie esperaba, era que llegara un hombre como Guilisasti, que además de su reconocida vida empresarial ligada a las viñas Concha y Toro y Emiliana, arrastraba una activa vida gremial, con roles importantes como la presidencia de la CPC y diversos cargos al interior de la Sofofa, los dos bastiones más poderosos del mundo empresarial.

Hasta ese minuto Guilisasti formaba parte del organismo público que había decidido irse con todo en contra del empresario Julio Ponce. Corfo no había aceptado la oferta de SQM de pagar US$ 17 millones por los perjuicios ocasionados con el no pago correcto de regalías —como parte de la conciliación que proponía el Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Santiago—, y por el contrario, su consejo había dado el visto bueno unánime para iniciar el juicio arbitral con SQM y pedir el término anticipado del contrato de concesión que mantiene en el Salar de Atacama.

Por eso, la noticia divulgada después del mediodía del 14 de septiembre remeció al mercado y en los días siguientes este impacto no bajó. Sobre todo, porque un dato no menor es que Guilisasti además de su nuevo rol en las cascadas, también fue director de Corpbanca, el banco de Alvaro Saieh que ha estado envuelto en varias disputas legales con la Superintendencia de Bancos por el financiamiento que ha entregado a las sociedades de Ponce. 

¿Cercano a Ponce?

Cercanos a Guilisasti explican que su llegada a las sociedades cascada se asocia más bien a su cercanía con Juan Antonio Guzmán, que participó por varios años como director de SQM y también es cercano a  Julio Ponce, de hecho Guzmán lo reemplazó como presidente del directorio de la minera cuando renunció en abril de 2015.

“Es un sujeto inteligente, con una muy buena experiencia empresarial y con mucho olfato político. Es un agudo analista de la realidad política con muy buenas redes en la derecha y la izquierda. De joven participó en el Mapu, por lo que es muy cercano a Bachelet y varios de sus ministros, y pertenece a una familia conservadora más bien de derecha”, describe un cercano al empresario.

¿Qué hace en las cascadas? Una de las versiones que se comenta ampliamente es que llegó a estas sociedades impulsado por la banca, como una manera de dar ciertas garantías de que la abultada mochila financiera de estas sociedades sería manejada y resuelta adecuadamente. “Él tuvo un costo muy alto con su renuncia a la Corfo, pero es algo que aceptó porque desde el sector financiero se pensó que alguien con su prestigio era necesario para encausar todo ese proceso”, cuenta un ejecutivo del rubro.

La polémica operación financiera

Así fue como casi en paralelo a la llegada de Guilisasti, las cascadas anunciaron una serie de operaciones financieras que les permitían reducir su endeudamiento y levantar las garantías que recaían sobre parte de algunas acciones en SQM, todo, gracias a tres préstamos que se consiguieron con CorpBanca, que sumaban US$ 154,6 millones y que las cascadas usaron para pagarse entre sí varias deudas, además de apalancar parte de los créditos que tenían con el mismo banco.

Para entender si pudo existir alguna relación de Guilisasti con esta operación de financiamiento en su rol de director de Corpbanca es necesario mirar cronológicamente todo lo sucedido en esas semanas. La trama de esa historia es más o menos así. El 14 de septiembre se presenta al empresario como director de las cascadas, pero desde Corfo se afirma que la renuncia se presentó el 3 de septiembre. Los préstamos de CorpBanca fueron anunciados el 10 de ese mes, previo a la asunción de Guilisasti en las Cascadas, pero cuando ya había renunciado a Corfo, aunque aún no se hiciera público. Su renuncia al directorio de Corpbanca se produjo el 16 de octubre.  

Desde el banco, el entonces gerente general Fernando Massú –que hace unos días asumió como presidente de BTG Pactual Chile-, negó cualquier relación de Guilisasti con los préstamos, dado que su rol de director no estaba relacionado con el comité ejecutivo a cargo de aprobar este tipo de financiamiento, según relato a los medios días después de divulgada la operación. 

Eso, en todo caso, no amainó los comentarios del mercado, que vio que todos estos anuncios estuvieron íntimamente relacionados y supeditados el uno del otro. Es más, en diciembre del año pasado, la Superintendencia de Bancos (Sbif) multó en US$ 30 millones a Corpbanca acusándola de haber excedido un 10% los márgenes de crédito a las cascadas.

Luego de apelar, hace unos días atrás la Corte de Apelaciones de Santiago resolvió por unanimidad dejar sin efecto la multa, pero la Sbif volvió a arremeter ante la Corte Suprema.

Venta de Pampa Calichera

Entre los aspectos positivos que se mencionan del trabajo de Guilisasti en las sociedades cascada está el liderazgo que ha desplegado por la venta de Pampa Calichera. “Su mandato específico es vender sacando el máximo de valor sin que el proceso termine afectando a los minoritarios y se les caiga encima la Superintendencia de Valores y Seguros. Además, su otra tarea es tratar de cerrar el conflicto que mantiene con la Corfo”, dice una fuente relacionada con las sociedades. 

“Con Julio Ponce claramente no son amigos. Guilisasti llega a él a través de Guzmán.  La relación entre ambos es más bien profesional”, relata uno de sus amigos. “Obviamente Ponce es Ponce, pero Rafael tiene bastante independencia. Si lo molestara mucho Rafael ya se habría ido... no está ahí por dinero”, agrega.

Guilisasti informó el 12 de noviembre del año pasado que Oro Blanco había contratado al Itaú Argentina como asesor financiero para buscar la mejor oferta por Pampa Calichera, dueña de casi el 20% de SQM. La semana pasada finalmente el directorio ya recibió un par de ofertas por esta inversión y pese a que en el mercado han crecido las especulaciones en cuanto a la intencionalidad real de venta de Ponce –algunos incluso creen que es una maniobra para hacer tiempo y esperar a que asuma un nuevo gobierno con el que pueda negociar con la Corfo una salida a los conflictos–, al menos entre quienes conocen a Guilisasti se afirma que es un convencido de que la operación saldrá adelante. 

Cierto o no, algo en lo que no hay duda, es en que Guilisasti todavía tiene por delante días complejos. Entre quienes han sido críticos de su actuar está Rodrigo Zegers, director de Norte Grande con votos de los accionistas minoritarios, que ha expresado públicamente su desilusión con Guilisasti. “Cuando llegó, personalmente me ilusioné de que el gobierno corporativo de Norte Grande iba a mejorar y que las decisiones se tomarían con prescindencia del controlador. Lamentablemente hoy advierto que estaba equivocado, y que la empresa se sigue manejando, más allá de las formalidades, con la política de la aplanadora que obedece al controlador”, dijo hace algunas semanas atrás a La Segunda. 

Claro que si la venta de Pampa Calichera finalmente avanza –por lo menos pasarán unos seis meses antes de tener novedades- podría serle más fácil recuperar las confianzas. Tendría más posibilidades de recomponer las diferencias con Corfo, aunque su vicepresidente ejecutivo, Eduardo Bitran ha enviado repetidos mensajes en los últimos días en cuanto a que la operación de venta debe incluir a los minoritarios y hacerse a través de una OPA, para recién ahí sentarse a renegociar los contratos de operación en el Salar de Atacama. 

Originalmente los dos contratos con SQM vencen en 2030, pero en cuanto al litio existen cláusulas de producción que al ritmo actual se agotarían en unos seis años más. Por eso, a la firma le urge solucionar cuanto antes la disyuntiva que provoca a los inversionistas el no tener certeza sobre el futuro de la compañía. 

Es muy comentada la cercanía política de Guilisasti, en particular con la presidenta Bachelet, aunque por ahora no se habría jugado ninguna carta para negociar una salida, y sus esfuerzos estarían más bien enfocados en la venta de Pampa Calichera. El jueves, el directorio de Oro Blanco analizó las propuestas e informó reservadamente a la SVS cómo avanzará el proceso. Guilisasti, tal como ha sido la tónica desde que asumió, salió del encuentro en silencio y no respondió las consultas de la prensa. 

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