El pasado viernes comenzó una nueva negociación de salario mínimo entre el Ejecutivo -representado por el ministro de Hacienda, Ignacio Briones- y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Y si bien la reunión fue calificada como buena por ambos actores, las conversaciones podrían complicarse a medida que entren al “área chica”.

¿La razón? El complejo estado de la economía y del mercado laboral podrían ser un factor de tensión entre el Gobierno y los trabajadores. “Es evidente que el contexto hoy es complejo, pero nos parece que eso no puede significar que una vez más el argumento sea que para poder crear empleo haya que limitar los salarios”, sostiene la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa.

Para la líder sindical, el retiro del 10% de los ahorros previsionales ha demostrado que el poder adquisitivo de los trabajadores puede acelerar la economía. “El propio Banco Central y otras entidades han señalado que es probable que eso contenga la caída en picada de la economía. Para que Chile pueda ponerse de pie se requiere que los trabajadores tengan mayores ingresos”, agregó.

¿Hay margen para alza?

Figueroa señala que no se ha hablado de cifras aún con las autoridades. Sin embargo, recalcó que desde la Central son conscientes del contexto económico, reiterando que el costo de la crisis no puede recaer en los trabajadores.

Los expertos, en tanto, miran el debate con más cautela, reiterando que no se puede ignorar el debilitamiento que ha sufrido el mercado laboral.

Para el economista senior de LyD, Tomás Flores, lo más prudente “seria alinear el reajuste del salario mínimo a la inflación, no más que eso, porque subir el salario mínimo por sobre la inflación podría empeorar el desequilibrio que el mercado laboral tiene”.

La última Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central prevé a diciembre un IPC de 2%.

Juan Bravo, economista de Clapes UC, agrega que en escenarios como este, lo mejor es mantener políticas públicas de apoyo económico, como el Ingreso Familiar de Emergencia.

“La pandemia desnudó la alta informalidad que hay en Chile. Muchas personas quedaron desprotegidas por la informalidad. Es por esto que creo necesario seguir manteniendo ese tipo de políticas”, señala. “Se pueden hacer ambas cosas, hacer un reajuste sólo en base al IPC, de modo que se mantenga la capacidad de compra de las personas, y mantener estas herramientas”, dice.

Ambos expertos creen que no es recomentable que la negociación vuelva a un esquema plurianual, como en 2018.

“Es tan difícil predecir la velocidad con la cual se va a recuperar la economía, que comprometer el reajuste de aquí a dos años más sería muy irresponsable”, dice Flores.

Bravo agrega que “con esta crisis, cada vez hay más conciencia de los riesgos que significa una negociación plurianual, ya nos pasó con la crisis de 1999, cuando se decretó un reajuste por tres años del 10% anual y vino una recesión y afectó el empleo”.

Antecedentes de la última negociación

El último proceso en el que el Ejecutivo se sentó a negociar el salario mínimo con los trabajadores fue en 2018, cuando en ese entonces el ministro de Hacienda de Sebastián Piñera era el economista Felipe Larraín y el titular del Trabajo Nicolás Monckeberg.

En dicha negociación se estableció un aumento plurianual por un lapso de 24 meses, la que contemplaba alzas dependiendo del escenario económico.

Así, como primera fase se acordó un reajuste del salario mínimo desde $ 276 mil a $ 288 mil a partir del 1 de septiembre de 2018, y a $ 301.000 en marzo de 2019.

Para marzo de 2020 se acordó que se aplicaría una fórmula de ajuste hacia agosto de 2020, que consideraba un avance de 2,5% sobre inflación si la proyección de crecimiento del PIB alcanzaba hasta un 4%, lo que significó que el alza llegara hasta los $ 320.500 bruto.

Ahora, en función de los tiempos, las negociaciones deberían darse con celeridad, ya este acuerdo tiene una vigencia hasta el 1 de septiembre de este año.

Publicidad