En Chile, el 23% de las exportaciones nacionales corresponden a la industria de los alimentos, cifra que la posiciona como la segunda actividad más importante del país. 

Asimismo, un 31% de las empresas existentes en Chile (319.000) pertenecen al rubro de alimentos y un 23% de los empleos son generados por este sector (2 millones anuales).

Sin embargo, a pesar de sus ventajas competitivas, Chile hoy sólo cuenta con una participación de 1,16% en el mercado mundial de alimentos.

En este contexto nace el programa Transforma Alimentos, una iniciativa nacional implementada en alianza público-privada, bajo el alero de Corfo y con la participación de los ministerios de Agricultura y Economía.

Duplicando el valor de las exportaciones del sector al año 2025, mediante la diversificación y sofisticación de la oferta exportadora nacional, el programa busca posicionar a Chile entre los países referentes en la producción de alimentos en el mundo. 

Para alcanzar los objetivos, el programa desarrollará una serie de iniciativas y proyectos que responden a brechas identificadas en infraestructura, equipamiento, capital humano y tecnología.

“Son cerca de US$100 millones lo que invertiremos entre 2016 y 2017 en iniciativas y programas. En fruticultura queremos darle una mayor especialización aprovechando las oportunidades de marcado, y en alimentos procesados estamos desarrollando ingredientes funcionales y aditivos especializados para agregar valor a los productos”, señaló Graciela Urrutia, gerente de Transforma Alimentos. 

Dada esta inyección de tecnología e innovación, Chile podrá aumentar su ritmo de crecimiento en el sector: si en condiciones actuales el país llegaría a exportar US$28.000 millones en una década, esta cifra podría aumentar a US$4.200 millones. 

“Hoy Chile exporta US$18.000 millones en alimentos. Esperamos que en un plazo de 10 años ese valor llegue hasta los US$32.200 millones generando una una mirada consensuada entre los sectores público, privado y académica, agregando valor a nuestra producción”, comentó Urrutia. 

“Debemos tener una producción con mayor grado de sofisticación y una paleta exportadora diversificada. De esta manera, Chile tendrá un sector de alimentos competitivo, y sin duda, lograremos que este sector incremente su importancia relativa dentro de la economía chilena”, agregó la gerente. 

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