Juan Irarrázaval (39 años) es uno de los fundadores del Partido Republicano. El egresado de Derecho de la Universidad de Chile comenzó a trabajar en política cuando José Antonio Kast era parlamentario por comunas del distrito que hoy Irarrázaval representa (el número 14, que abarca zonas como Isla de Maipo, San Bernardo, Calera de Tango). Desde ahí entonces ambos militaban en la UDI y juntos también renunciaron a la colectividad.

Esta semana, el parlamentario salió con mayor notoriedad a la opinión pública pues presentó una querella en contra de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), que dirige el ministro Giorgio Jackson, por eventual malversación de caudales públicos, en la impresión de 700 mil ejemplares de la propuesta de la nueva Constitución, de cara al plebiscito del 4 de septiembre.

“Nos debemos a nuestro rol fiscalizador y donde vemos un mal obrar, siempre tenemos que actuar”, dice al explicar la presentación de la querella que fue calificada como un “show triste” por parte de Jackson. En esa línea, el diputado Irarrázaval apunta al Frente Amplio como una coalición que no está lista para gobernar. “Los conozco bien”, comenta al situarse en la misma generación de quienes hoy están en La Moneda. Y es que el parlamentario coincidió en la universidad con hoy autoridades como la ministra Javiera Toro (Bienes Nacionales), el subsecretario de Medio Ambiente, Max Proaño; la delegada presidencial de Santiago, Constanza Martínez, entre otros.

Tanto así, cuenta, que compartió aula, en Derecho Comercial, con el Presidente Gabriel Boric. Al jefe de gabinete del Mandatario, Matías Meza-Lopehandía, cuenta el diputado, también lo conoce, porque fue presidente del Centro de Alumnos cuando Irarrázaval entró a la U. de Chile.

Se autodenomina “Caletanguino”, hijo de la educación pública (Liceo Poetisa Gabriela Mistral) y reconoce que el primer tiempo del Congreso estuvo un poco ausente, pues el 24 de marzo dio su examen de grado. “Me puse a trabajar, a criar, empecé una nueva etapa antes de cerrar una”, explica.

Ahora el diputado ha estado más activo en el ámbito, dice, del eventual intervencionismo del gobierno durante el proceso electoral.

—El ministro Jackson dijo que esto solo tiene fines electorales de su parte y que esto es un show triste, ¿qué responde?

—El ministro Jackson tiene razones para proyectar su pena por todo lo que ha estado pasando, pero la verdad es que nosotros estamos ejerciendo el rol fiscalizador que tenemos. No estamos instrumentalizando las instituciones. Al revés: son ellos los que han estado permanentemente instrumentalizando el gobierno y haciendo intervencionismo electoral. Como Republicanos, que creemos en las instituciones, pensamos que es la Fiscalía la que determinará si hubo delito o no.

—Además el ministro dijo que esta era una acción “irresponsable” porque tanto tribunales como la fiscalía están “sobrepasados” persiguiendo delitos…

—Mientras ellos sigan cometiendo irregularidades y sigan poniéndose del lado de los delincuentes -porque estamos en un país con una delincuencia completamente desatada no solo por la falta de gestión de ellos sino por las malas políticas que han tomado al respecto-, los tribunales y la fiscalía van a estar atochadas. Si ellos se dedicaran, en vez de hacer campaña, a gobernar y a combatir la delincuencia, menos trabajo tendrían los tribunales y la fiscalía y los chilenos podríamos vivir en paz.

—Si bien el Rechazo tiene ventaja en las encuestas, ¿cree que el aparataje gubernamental puede dar vuelta esa estimación en las urnas?

—A estas alturas pienso que su intervencionismo les ha ido jugando en contra, porque la gente ya no quiere más irregularidades, no quiere más jugadas políticas chuecas. El gobierno, que se identifica con la opción de la nueva Constitución, se tendrá que hacer responsable del resultado, no solamente por la proyección política que tenga sino por la forma en que se está haciendo. Se identifica el proyecto constitucional con este intervencionismo totalitario.

—En la bancada republicana hay un buen número de diputados de la generación que está gobernando hoy, ¿cómo ve el trabajo político de sus adversarios y, por otra, si cree que esa generación de la derecha se está articulando con fuerza para disputar ese protagonismo?

—El Frente Amplio no estaba preparado para gobernar y no lo digo solo porque yo lo crea sino porque ellos me lo han dicho. No tenían pensado ganar. Eso no obsta a que tienen que hacerse responsables y no echarle la culpa a una generación para atrás o a la historia. Esto del intervencionismo y la querella tiene que ver con eso: cómo ellos con su estándar moral están sobre los chilenos, aparentemente les da incluso la potestad de estar sobre la ley, y eso no puede ser, ellos tienen que respetar las reglas del juego, en general nunca las han respetado, ni siquiera cuando eran diputados y, bueno, porque no creen en esta institucionalidad. Pero para eso hay normas, si uno cree en la democracia, uno tiene que jugar con las reglas de la democracia, y yo creo que el Frente Amplio no cree en la democracia.

—¿Actuales autoridades le han dicho que no se sienten preparados para gobernar?

—Un subsecretario asumido, en una conversación personal, me dijo que no pensaban ganar ni tenían proyectado ser gobierno ahora.

—Al asumir, su par Luis Fernando Sánchez reconocía que el Frente Amplio les ha ganado por lejos en la articulación del territorio. ¿Lo ve así? ¿Han podido ganar ese espacio en las bases?

—El mérito del Frente Amplio ha sido explotar problemas, ellos viven de gente con necesidad. Históricamente la izquierda explotó políticamente a los pobres, ahora lo hace con la mujer. Bueno, no les quito mérito en que lograron visibilizar a las mujeres. Pero así como también no les interesa ir superando estas cosas porque es de lo que lucran electoralmente. Ellos generan crisis, lo vimos cuando fueron parlamentarios, porque fueron populistas y hoy que son gobierno no son capaces de enfrentar esos mismos problemas con las medidas que proponían. Otra cosa es con guitarra.

—¿Pero su generación, en la derecha, ha logrado que deben estar presente en los territorios?

—De todas maneras. Pero nosotros, los Republicanos, tenemos un líder que es José Antonio Kast, que tiene como principal activo el trabajo territorial. Hoy lo está haciendo, bien bajo perfil, pero después de la campaña no ha cesado un día en recorrer Chile, en buscar liderazgos, en visibilizar situaciones locales. No solo por una cuestión política sino porque él cree que lo social y lo político tienen que ir de la mano, por eso nosotros hablamos tanto de las urgencias sociales.

—La estrategia de la derecha y la centroderecha ha sido dejar el protagonismo durante la campaña, a excepción de la fiscalización hacia el gobierno en este proceso electoral. ¿Es acertado ese plan?

—Nosotros hemos aceptado y respetado esa estrategia, pero no sé si la comparto. Cuando José Antonio Kast fue a la Contraloría mucho se dijo que se tenía que esconder...

—Claro, se le atribuyó de hecho su presencia a la baja del Rechazo en las encuestas durante esa semana...

—Y nada que ver. Pero fue tanto el revuelo que causó que uno puede decir que está tan socializada la estrategia que al final pierde sentido. La gente ya sabe quiénes están por el Apruebo y por El Rechazo, otra cosa es la cara visible y nosotros no la hemos sido. La campaña, más allá de si están o no los políticos tradicionales como cara visible, tiene que ser un Rechazo a este gobierno también, porque este gobierno es un reflejo de lo que va a ser esta nueva Constitución. Tiene que haber un Rechazo a la delincuencia, un Rechazo a la inflación.

—Usted dice que, como está tan socializada la estrategia, ¿sale forzada?

—Sí. Pero yo insisto: aceptamos y respetamos la estrategia.

El post plebiscito: “Vamos a participar siempre en la discusión pública dentro o fuera de un acuerdo”

—El Partido Republicano se ha opuesto a las formas que han existido hasta ahora para delinear un eventual tercer texto en caso de que triunfe el Rechazo. Me refiero a los 4/7 y a la rebaja de las Leyes Orgánicas Constitucionales. ¿Por qué?

—La rebaja de los quórums es un déjà vu del 15 de noviembre y el 15-N es el que nos puso en la situación que nos puso hoy, por tanto, es alargar la incertidumbre y el caos en el que estamos todos los chilenos. Caos político, caos social, caos frente a la delincuencia, caos frente a las necesidades de la gente, en salud, en pensiones, etc. Hoy nada bueno ha podido salir de esta situación. Si hubiese verdadera voluntad política para preocuparse de los problemas reales de las personas, bueno, entonces, ocupemos esos mismos acuerdos amplios para discutir inflación, delincuencia, vivienda. Pero, claro, los políticos no están en esa, están al revés, rebajando quórums para cualquier cosa... Lo que quieren con estas medidas al final es excluir al Partido Republicano de cualquier discusión, tal como lo hizo la izquierda con la derecha tradicional en la Convención Constitucional. ¿Cómo lo quieren hacer? Reformando eventualmente el sistema electoral. Pero la verdad es que no nos preocupa porque nosotros siempre participaremos de la discusión pública y no solo eso, independientemente del sistema electoral que tengamos, a Chile Vamos le vamos a ganar igual. No por secretaría sino por los electores.

—Parte de la DC y Chile Vamos han planteado una especie de reconfiguración del mapa, de que con los 4/7 y el Rechazo como vencedor, el centro podría volver a reinar. Con los 4/7 de hecho se pueden aprobar reformas sin el PC, sin el Frente Amplio, sin ustedes... ¿no temen quedar fuera, sobre todo porque no se abren a un tercer texto constitucional?

—No. Nosotros representamos el sentido común de la ciudadanía, representamos las urgencias sociales. Hemos demostrado que se necesita recuperar el Estado de Derecho. Por lo mismo, no pueden excluirnos. Nosotros siempre vamos a estar ahí y no desde una posición extrema, como se ha querido caricaturizar sino desde el sentido común. Vamos a tener que ser escuchados. Ahora, han pasado cosas, por ejemplo, era de sentido común acusar a la ministra Siches porque las decisiones de ella hoy cuestan vidas de chilenos, por la delincuencia desatada en la que estamos, por el terrorismo, etc. Pero Chile Vamos, por un cálculo político, decidió abstraerse de esa acusación. Entonces si ellos siguen en esa tónica no van a sacar nada en limpio.

—Los 4/7 han sido planteado como el inicio del gran acuerdo post plebiscito, ¿cree que deben estar sentados en un ‘gran acuerdo’ luego del 4 de septiembre?

—Como legisladores, nosotros siempre vamos a participar, o eventualmente como poder constituyente desde el Parlamento. Existe una discusión constitucional, no se puede negar. Hay que hacer reformas a la Constitución, no se puede negar. Están todos los sectores de acuerdo, no nos podemos abstraer de eso. Esta Constitución actual nos puede gustar o no, pero está claro que los cambios van. ¿Cuáles son esos cambios? Bueno, lo tendremos que discutir, nosotros no estamos enamorados del instrumento, nosotros vamos a actuar en pro del bien de Chile para recuperar el Estado de Derecho, la estabilidad del país, etc. Lo que no puede ocurrir es que los acuerdos sean de espalda a la ciudadanía, fuera las urgencias sociales, entre gallos y medianoche, con letra chica, como fue el acuerdo del 15-N y como fue todo el proceso constitucional de la Convención. Tiene que ser transparente porque tiene que ser un proceso ciudadano. Y eso no fue el 15-N, fue un acuerdo de políticos que después terminó como ya sabemos, con una composición deplorable de la Convención.

—Se lo pregunto porque no es obvio que el Partido Republicano esté sentado en una mesa de acuerdo, sobre todo porque no están a favor de una nueva Constitución, de este tercer texto que sí, por ejemplo, plantea Chile Vamos.

—Nosotros creemos que los problemas de Chile no se solucionan con una nueva Constitución, pero sí estamos conscientes de que hay acuerdos por ejemplo en cambiar las pensiones, mejorar el sistema de salud, y son cosas que se pueden ir priorizando. Pero en la mesa que ya está sentado Chile Vamos con la centroizquierda no se están discutiendo esas cosas, se discuten cosas que le interesan a los políticos, como la rebaja de los quórums que tienen como objetivo excluir al Partido Republicano. Lo que no puede ocurrir es que se repita tal cual el proceso que acabamos de vivir. Quiero ser claro: participar además fuera de la mesa de este supuesto gran acuerdo también es una manera de participar porque nosotros vamos a estar visibilizando urgencias sociales siempre en la discusión pública. Mire cómo quedó la derecha en la Convención Constitucional y piense que hoy está a punto de ganar el Rechazo. Nosotros vamos a participar siempre en la discusión pública dentro o fuera de un acuerdo.

—Si triunfa el Rechazo, ¿cómo quedará el proyecto de la derecha si han sido los grandes ausentes de la campaña?

—Nosotros somos un partido nuevo con mucho apoyo popular y por lo mismo pienso que en algún momento vamos a poder capitalizar eso, cualquiera sea la decisión que se tome luego del 4 de septiembre.

Cuestionamiento electorales: “No podemos confiar en el Servel (…) apoyamos completamente a Gonzalo de la Carrera”

—¿Usted comparte los cuestionamientos al Servel (Servicio Electoral) sobre el padrón que hace su par de la bancada Gonzalo de la Carrera? El tema ha ido escalando, el PS pidió que le hagan exámenes psicológicos al repudiar su tuit sobre Detenidos Desaparecidos.

—Gonzalo tiene su propio estilo para hacer las cosas, uno puede compartirlo o no, pero en temas de fondo estamos de acuerdo. La gestión del Servel ha sido completamente desastrosa no por este punto en particular sino en general, sino piense en la rendición de cuentas de Karina Oliva, la junta de firmas del notario muerto, ahora la designación de los vocales. Todo lo que pasa en el Servel tiene ruido, lamentablemente no es la institución seria que era hace un tiempo. Por eso nosotros estamos vigilantes al respecto. Ahora, sobre la publicación de Twitter de Gonzalo, nunca hubo ánimo de él y así lo acaba de aclarar en una declaración de referirse a detenidos desaparecidos. Era simplemente en su modo irónico, su sarcasmo, referirse a los votantes que han fallecido y que mágicamente pueden votar. Ojalá que no voten, entre comillas, para que no se deslegitime la elección.

—¿De La Carrera no genera incomodidad en la bancada?

—En cuestiones de formas tenemos distintos estilos, nos respetamos unos a otros, pero en esta pasada apoyamos completamente a Gonzalo de la Carrera.

—El Presidente Boric dijo que ustedes actúan de ‘manual’ y que desconfían de la democracia.

—No me hago cargo de interpretaciones del Presidente.

—¿No cree que este hecho puede perjudicar al Rechazo, o que puede ser contraproducente, pues, de ganar, ustedes a priori están deslegitimando la institución que vela por ese proceso?

—Al contrario. Los cuestionamientos al Servel que han surgido nos va a ayudar en la campaña, porque van a surgir más apoderados. Ya sabemos que no podemos confiar en el Servel y en su gestión, porque ha sido mediocre y no solo por esta situación sino por una larga historia de polémicas. Nosotros esperamos tener muchos apoderados para que sea la ciudadanía la que vele efectivamente por el proceso.

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