Por Karina Zúñiga

A mediados de septiembre pasado, un comunicado de la ONU alertó de lo que podría ser un deja vú: Bachelet volvería a estar vinculada al organismo multilateral después de entregar la banda presidencial en marzo de 2018, tal como lo hizo en 2010 cuando dejó La Moneda y a los meses después fue designada como la primera directora del programa ONU Mujeres.

La información advertía que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres había invitado a la presidenta Bachelet a ser parte integrante de una junta consultiva de alto nivel mediadora de conflictos internacionales, obviamente, a partir del momento en que deje La Moneda.

Con el paso de las horas la información fue confirmada en Palacio y se puntualizó que la Mandataria ejercería dicho cargo después del 11 de marzo próximo.

Con todo, en los últimos días el tema se ha discutido en La Moneda, donde la Jefa de Estado ha transmitido que dicha colaboración puede hacerse efectiva desde Chile y sin necesidad de establecerse en Nueva York, donde se encuentra la sede de la ONU.

La Presidenta, según altas fuentes del gobierno, ha transmitido a su entorno y sus colaboradores más cercanos, que se quedará en Chile tras entregarle el mando del país a Sebastián Piñera. En los meses siguientes al traspaso de mando buscará descansar y ejercer vía videoconferencia su nuevo rol ONU.

Bachelet además copreside el programa Every Child Every Woman de Naciones Unidas, en el cuál seguirá colaborando. 

En La Moneda señalan que Bachelet ha recibido invitaciones para trabajar de manera permanente en universidades y ONG’S de las áreas salud y medio ambiente que funcionan alrededor del mundo, en particular, desde Alemania, Canadá y Estados Unidos, pero, a ninguna le ha dado el visto bueno.

Pero, dicen las mismas fuentes, aunque la Presidenta dice que dejará la política activa y que incluso habría decidido quedarse en Chile para privilegiar el descanso y dedicarle tiempo a su familia, también estará con una mirada puesta en lo que haga su sucesor en La Moneda.

Preocupa especialmente a la Mandataria que Piñera no utilice la famosa “retroexcavadora” para modificar la agenda de reformas impulsadas durante su mandato. En el gobierno interpretan que, pese a sus deseos, la Presidenta jugará de todas maneras un rol más político cuando crea necesario salir a defender su “legado”. Recuerdan en Palacio que en 2010 y durante todo el período de Piñera, no hablaba de política por su rol en ONU Mujeres. Esta vez, dicen sus colaboradores, no tiene dicho impedimento.

¿Retomará su fundación Dialoga, creada tras dejar el gobierno en 2010? Dicen en el entorno de Bachelet que no es claro que capitalice su liderazgo en una fundación como lo hizo en el pasado y que no volverá a reeditar Dialoga.  

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