El 28 de julio pasado, Gonzalo Blumel dejó de ser el ministro del Interior, luego que el Presidente Sebastián Piñera decidiera sustituirlo por el entonces senador Víctor Pérez, en medio de una de las crisis más agudas que ha vivido el oficialismo, tras la aprobación en el Congreso del proyecto que permite el retiro del 10% de los fondos de pensiones.

Ha pasado prácticamente un mes desde aquel momento, periodo en el cual el exjefe de gabinete evitó cualquier contacto con la prensa. Un silencio que rompe en esta jornada, al relatar para T13 detalles del acuerdo constitucional firmado el 15 de noviembre pasado, que permitió fijar una hoja de ruta política que tendrá su hito más importante en el plebiscito programado para el 25 de octubre, que definirá si se redacta o no una nueva Carta Magna. 

Las revelaciones de Blumel -que se exhibirán este miércoles en el noticiero central de T13 reportaje "La noche que triunfó la democracia"- se remontan al martes 12 de noviembre, día en que el Presidente Piñera convocó a un acuerdo transversal en medio de una violenta jornada de protestas.

"El 12 de noviembre fue una jornada difícil, de mucha violencia, de las más violentas desde el 18 de octubre… Fueron momentos difíciles, momentos complejos, donde efectivamente el Presidente tuvo dos opciones sobre la mesa. Por una parte, que volviésemos a tener un Estado de Excepción Constitucional, con todo lo que ello significa, y por otra parte, como lo hizo, de forma correcta, llamar a a un acuerdo por la paz y por la Constitución, para encausar políticamente un momento de mucha tensión y mucha complejidad, con una crisis que se extendía por varias semanas en lo social, en lo político y también en la violencia", recuerda de entrada el exministro.  "Habían dos caminos, y finalmente optar por el camino político creo que fue la alternativa correcta", subraya.

Respecto a cuál fue la instrucción que recibió de parte del Mandatario en ese contexto, Blumel asegura que "el mandato que yo recibí como ministro del Interior (fue) de iniciar un diálogo político con la oposición, también obviamente con la coalición, con Chile Vamos, y también con organizaciones sociales, para ver si era factible tener un acuerdo sobre una hoja de ruta que permitiese canalizar esta crisis que estábamos enfrentando".

"Había bastante sentido de urgencia, una sensación de que esa violencia no podía prolongarse en el tiempo, ese nivel de violencia es incompatible con una sociedad democrática, y por lo tanto habían (esas) dos opciones", relata Blumel, quien pondera los riesgos que existían en aquel momento.

"No exagero si digo que lo que estaba en juego en ese momento era nuestro sistema democrático, porque por una parte no se podía seguir con esos niveles de violencia y por otra parte un nuevo estado de excepción constitucional hubiese sido una tensión muy fuerte políticamente hablando. Probablemente hubiese hecho muy difícil lograr un acuerdo para encausar la crisis de octubre y por lo tanto el Presidente tomó una opción y creo que fue la correcta, de darnos la posibilidad a través del diálogo político construir un acuerdo", asegura.

Respecto a las gestiones que le tocó encabezar, Blumel asegura que las conversaciones venían dándose desde antes del 12 de noviembre. "Pero obviamente el llamado que hace el Presidente el 12 de noviembre acelera las cosas", recuerda Blumel, quien subraya el rol que le tocó jugar a los partidos políticos.

"En esto es bueno reconocer el rol de los partidos políticos, porque finalmente este fue un acuerdo donde el gobierno busca los espacios de diálogo para generar los consensos necesarios, pero también los partidos jugaron un rol central, mostraron lo mejor de la política esos días. En esos dos o tres días los partidos mostraron su mejor cara", asegura.

"Este tipo de acuerdos que son complejos, tienen un millón de detalles o aspectos que son muy difíciles de consensuar, porque además tienen quorums muy elevados. En este acuerdo participó casi la totalidad del arco político, que era necesario porque teníamos que tener los 2/3 necesarios que se requieren para cambiar la Constitución actual, para poder hacer este plebiscito que vamos a tener en unos meses más", detalla el exjefe de gabinete, quien asegura que pese a todo, nunca vio peligrar el acuerdo.  

"No sé si peligró, creo que no. Tengo la impresión que desde el 12 de noviembre fue tal el impacto de la violencia que transversalmente se produjo una conciencia de que no podíamos fallar, de que teníamos que llegar a un acuerdo. Y eso en parte explica por qué se logró ese acuerdo que era tan difícil, por que yo vi en todos los actores la convicción de que había que llegar a un acuerdo, a no fallar, porque fallar significaba poner en riesgo nuestra democracia", asegura el militante de Evópoli. 

"Más allá de la satisfacción y el cansancio, quedó la satisfacción de que la política hizo lo que tiene que hacer: encausar las tensiones para resolver pacíficamente nuestras diferencias", sentencia Blumel al recordar la firma del acuerdo, que se concretó luego de una extensa jornada de negociaciones en la madrugada del 15 de noviembre. 

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