Luis Fernando Sánchez (Partido Republicano), de 33 años, abogado de la U. Adolfo Ibáñez de Viña del Mar y Magíster en Derecho de la Pontificia Universidad Católica, dice que sus primeros pasos políticos los dio justamente desde 2011, año en que surgió con fuerza el movimiento estudiantil de la mano de figuras como Gabriel Boric, Giorgio Jackson y Camila Vallejo.

“Mis primeras acciones políticas tuvieron que ver con el movimiento estudiantil en 2011, estuve en reuniones de la Confech donde en más de alguna oportunidad salí escupido (ríe), pero nada, es parte de formar el carácter”, sostiene, y remarca que “esta generación sub 35 (de la derecha) es la que está dando la cara hoy”, en alusión a varios de sus compañeros de bancada e integrantes de la Convención Constitucional.

Se autodefine como católico, gremialista y viñamarino, y, en esta entrevista con T13.CL, el diputado electo afirma que una de las causas que ha podido detectar -en la conversación con la gente de su distrito de la Región de Valparaíso Costa- es que el trabajo territorial del Frente Amplio, por más de 10 años, trajo frutos.

En ese sentido, el abogado asegura que la derecha debe recuperar ese territorio. “Tenemos que ver la forma de subirnos a la micro y volver a conversar con la gente en todo Chile”, señala.

—El Partido Republicano ha sido el centro de atención en el sector luego de la derrota de José Antonio Kast. ¿Qué camino, a su juicio, debe tomar la colectividad tras su explosivo crecimiento electoral?

—Estamos en conversaciones entre los distintos diputados electos y nuestro senador electo, Rojo Edwards, para delinear ese rumbo. Algunos criterios generales son que estamos abiertos al diálogo.

—¿Qué tipo de oposición será el Partido Republicano?

—Nos interesa actuar cohesionados, como equipo. Esa es la diferencia que queremos marcar con otros partidos, en el sentido de que es importante la unidad dentro del Partido Republicano y tomar decisiones en conjunto, acordadas. Mi opinión es que tenemos que ser una oposición dialogante, porque estamos en una situación donde tenemos un gobierno al frente que está en las antípodas de nuestros ideales y que no podemos caer en el mismo error de la izquierda durante el gobierno de Sebastián Piñera de oponerse a absolutamente todo. No queremos ser ese tipo de oposición, porque sabemos que hay muchas urgencias sociales que vienen esperando hace demasiado tiempo. Aunque no nos gusten las soluciones que proponga este gobierno, estamos todos de acuerdo de que aquí hay problemas y que de alguna forma tendremos que ponernos de acuerdo en esas soluciones.

—Para posicionarse como una oposición “dialogante”, ¿cuánto afectan las polémicas de Johannes Kaiser y Gonzalo De La Carrera?

—Respecto a De La Carrera, existe una decisión tomada entre el partido y él sobre presentar su renuncia al partido, es una decisión que nosotros respetamos.

—Pero, ¿cómo enfrentan entonces que inicien la bancada con dos integrantes menos?

—Lo enfrentamos con mucho diálogo interno y profundizando el trabajo sobre todo entre quienes no nos conocemos. Yo tengo la suerte de estar en este proyecto desde hace muchos años y hay personas en la bancada que conozco hace cerca de 10 años -con Cristián Araya somos amigos desde la universidad, con José Carlos Meza también, Juan Irarrázaval- y hay otras con quienes nos estamos conociendo recién, entonces ahí uno va conociendo los estilos. Debemos tomar decisiones ordenadas, construidas en conjunto y yo veo que todos los de la bancada de hoy estamos alineados en esa dirección.

—¿Para el Partido Republicano es necesario hacer un congreso ideológico?

—No lo hemos definido, pero nosotros ya tenemos una declaración de principios.  Somos conscientes de que la mayoría de las cosas sobre las cuales vamos a estar discutiendo son cuestiones de criterio, de la famosa ‘área gris’. Ahí obviamente se requiere mucho diálogo, las cosas irrenunciables siempre van a ser muy pocas. En la realidad tenemos que ver qué funciona y qué no, y hablo de cosas tales como cómo mejorar las pensiones, el sistema de educación, la salud. Tenemos que ver qué ha funcionado en otros países, en fin, todo eso es el área gris vamos a tener que debatirlo. Nuestro estilo es primero ponernos de acuerdo entre nosotros y luego, con ese acuerdo, salir a conversar con el resto. Sabemos que no podemos imponer nada a nadie y, en ese sentido, no hay razones para creer que esta bancada tomará una posición extrema, queremos llegar a acuerdos en un escenario en el que, sabemos, hay muchos que no piensan como nosotros.

—En la UDI y RN han hablado de que en la Cámara Baja debe haber un “pacto de gobernabilidad”, es decir, que sin ser coalición, converjan en ciertos temas para alcanzar mayorías. ¿Le parece buena idea?

—Sí, absolutamente. Por ejemplo, tenemos que ver qué ocurrirá en la conformación de las comisiones dentro de la Cámara. Ahí deben haber acuerdos para tener una buena participación. En muchas otras cosas vamos a tener que cruzar la frontera ideológica e ir a conversar con la centroizquierda. Por ejemplo, si la Convención Constitucional llega a pedir más plazo, esa es una cuestión que necesita un quorum alto dentro del Congreso, entonces, sea lo que se defina, va a tener que ser acordado por la derecha, por sectores de centro y la izquierda.

—Teresa Marinovic este jueves dijo que es una opción que respaldaría dar más plazo a la Convención, ¿cuál es su postura?

—Yo personalmente he sido muy crítico del trabajo que ha hecho la Convención y he señalado que no estoy de acuerdo en otorgar más plazo, eso no significa que no esté disponible a conversarlo y a eventualmente ser convencido, porque este tema, por ejemplo, es parte del área gris. Si le vamos a dar más plazo a la Convención Constitucional un mínimo sería que la mesa hiciera una autocrítica respecto del funcionamiento de la Convención y comprometerse a que harán un trabajo serio. Nos preocupa que el trabajo se haga bien y que se llegue luego a puerto, porque al ampliar el plazo, crece la incertidumbre.

—¿Qué temas no son del “área gris”, irrenunciables?

—Temas relacionados con la dignidad humana, tenemos una convicción muy marcada del respeto a la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Tenemos una noción muy marcada del valor de la familia, de la necesidad de proteger la familia, porque es el espacio donde mejor se desarrollan los niños y ciertas nociones de la libertad en una sociedad. En el centro de la sociedad tiene que estar la persona y no el poder del Estado. Fuera de eso, todo es conversable.

—En la campaña se habló de derogar la ley de aborto en tres causales. ¿Hay espacio para que la bancada impulse esa idea?

—Tenemos que ser realistas. En un gobierno de Gabriel Boric y con un Congreso 50/50 resulta evidente que no hay agua en la piscina para llegar a un acuerdo en esta dimensión. Si tú me preguntas si me gustaría vivir en una país con aborto cero, claro que sí. En este país además no existe una política de acompañamiento. La única respuesta institucional para las mujeres es que, bueno, si tienes problemas, aborta, y eso es súper duro. Me encantaría que podamos recorrer ese camino, pero esto no se impone ni es una cuestión que se logra de un día para otro, tiene que ver con la cultura, consensos históricos, entonces, no nos hacemos ilusiones que va a cambiar de un día para otro.

Futuro de la derecha: “Nunca hemos pedido entrar a Chile Vamos”

—Entrando a la elección, y hablando de mujeres, ¿a qué se debió la derrota de José Antonio Kast? Una de las conclusiones es que el voto fuerte de Boric fue el de mujeres...

—Evidentemente ese tema nos pegó, pero creo que es una cuestión mucho más allá. Hay que destacar el trabajo que lleva haciendo el Frente Amplio a nivel de bases, el trabajo territorial que llevan haciendo desde hace más de 10 años. El trabajo territorial del Frente Amplio trajo frutos; movilizar a un millón 200 mil personas que no votan no fue solo una cuestión comunicacional, estamos hablando de algo muy potente y nosotros tenemos que estar a la altura como Partido Republicano, es decir, hacer un trabajo territorial más profundo de lo que se ha hecho hoy y que nos permita construir confianzas con los chilenos comunes y corrientes. Hoy hay mucha gente que se siente abandonada por la clase política. Sin reconstruir confianzas, no vamos a volver a interpretar a grandes mayorías en nuestro país.

—En el comando han analizado que con o sin declaraciones misóginas como las de Johannes Kaiser hubiesen perdido igual...

—No lo sé. Yo intento hacer lecturas sobre la base de las conversaciones que tengo con la gente de mi distrito y tengo esa impresión, de que ha habido un trabajo territorial del Frente Amplio de largo aliento que hoy trajo frutos. En la derecha tenemos que ver la forma de subirnos a la micro y volver a conversar con la gente en todo Chile. José Antonio Kast ha hecho esa pega, súper intensa, desde hace cuatro años, pero el Frente Amplio hace muchos más años, entonces tenemos que pillarlos. Tenemos que incluir a los jóvenes de manera activa y no relegarlo a un séptimo plano, como lo han hecho los partidos más tradicionales de la centroderecha.

—¿Qué opina de la distancia que ha tomado Chile Vamos de la figura de Kast luego de la derrota? Dicen que no debe ser el gran líder del sector…

—Ese debate es uno del pasado. Me gustaría ver quiénes vamos a ser los que estamos en terreno, quiénes vamos a ser los que vamos a entrar a las poblaciones, trabajando para recuperar este espacio de influencia, quiénes vamos a ser capaces de instalar que nuestras ideas son las mejores. Hoy tenemos una situación muy compleja, porque tenemos un gobierno que no nos identifica absolutamente nada, con quienes vamos a tener que construir un diálogo, aunque desde la diferencia. Aquí más que generales, necesitamos soldados. Y yo estoy aquí como un soldado más.

—El diputado Evópoli Francisco Undurraga dijo que no quería ser socio de ese tipo de personas, en alusión a algunos republicanos. ¿Cómo ve esa relación política con Chile Vamos, es posible o no confluir en un solo bloque político?

—Nosotros nunca hemos pedido entrar a Chile Vamos. Por eso, nos ha llamado la atención ver a algunos representantes de Chile Vamos salir en la prensa esta semana haciendo referencia a que, en ningún caso, van a hacer un pacto con nosotros, como si se los hubiésemos pedido. Ahora, estamos alineados con Chile Vamos en que hay que llegar a acuerdos en aquellas cosas que son importantes, porque hoy nuestros votantes nos exigen actuar con responsabilidad, alturas de mira y más allá de nuestras diferencias, ser capaces de ponernos de acuerdo para instalar aquellas preocupaciones más relevantes de los chilenos en la discusión pública; al final, actuar como un contrapeso a lo que se está haciendo en la Convención Constitucional y a lo que va a estar haciendo el Presidente electo Gabriel Boric y su equipo. Hay prioridades de esa otra mitad del país que deben ser oídas y para eso debe haber unidad.

—¿Pero no como una coalición política única?

—No, y no creo que sea necesario. No creo esencial entrar en una única coalición para ponernos de acuerdo. Nosotros tenemos diferencias sobre lo que fue el gobierno de Sebastián Piñera, de la poca voluntad que tuvieron en el pasado para defender ciertas convicciones, de defender nuestra Constitución, para nosotros eso es muy grave, el cómo se desencadenaron los meses posteriores al estallido social. Tenemos diferencias estratégicas y de fondos y sobre la base de esas diferencias, hay que ponernos de acuerdo. Los votantes de derecha y centroderecha valoran mucho la capacidad que tiene el sector de ponernos de acuerdo y cuando no hay esa capacidad, ellos lo castigan.

—En torno a los liderazgos de la derecha, ¿comparte que Kast debe volver a ser presidente del P. Republicano para evitar desaparecer?

—Eso es algo que estamos discutiendo, no hay una decisión tomada. Yo soy súper respetuoso también de la decisión personal que pueda tomar José Antonio, porque sé que se ha sacrificado un montón, tiene una familia, hijos -a quienes conozco- y que tienen derecho a estar con su papá, entonces, creo que en parte es una decisión personal que debe tomar José Antonio. Como partido lo vamos a apoyar al 100%, es una decisión que, además, debemos tomar entre todas las estructuras del partido, el consejo general, la directiva, nuestros militantes, en el sentido de cuál es la dirección correcta para los próximos años.

Emprendimiento y medioambiente: los temas que impulsará

—¿Qué materias intentará liderar en el Congreso?

—Me interesan mucho los temas de cómo facilitamos el emprendimiento en nuestro país. Tengo una posición muy crítica en leyes de impuestos, que al final algunas contribuyen a la informalidad. En mi región en Valparaíso y Viña del Mar eso se ve de forma muy grave con vendedores ambulantes instalados en las principales calles. La única forma de resolverlo es desburocratizando el proceso de conformación y funcionamientos de las pymes. Hay que también bajarles la carga tributaria, como por ejemplo, con un 'perdonazo' del IVA durante los primeros dos años de funcionamiento de una pyme, para así construir las espaldas suficientes. Son muchas las que quiebran los primeros años porque el Estado les pone la pata encima. Otro tema es avanzar en una reforma al sistema de evaluación al impacto medioambiental, porque hoy tenemos sistema que no funciona. No genera confianza en la ciudadanía porque al final las aprobaciones finales son siempre de la clase política, de un comité de ministros, y eso no le da tranquilidad a los chilenos, lo vimos con Dominga. Es importante fortalecer los procesos de participación ciudadana dentro de estos sistemas, porque así se promueve la inversión y se garantiza una protección adecuada al medioambiente.

—Es relativamente nuevo que la derecha venga a defender temas medioambientales...

—Creo que lo hemos comunicado mal, a mí me preocupa que se recoja de igual manera la protección al medioambiente y la creación de empleos y la promoción de la inversión. Son dos cosas muy relevantes. No podemos caer en el error de por proteger el medioambiente dejemos a millones de chilenos sin trabajo.

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