Hernan Larraín asumió el cargo de presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI) hace un año, y según su opinión, este periodo ha sido el más difícil para la colectividad debido a las investigaciones que ha debido atravesar por el financiamiento irregular de la política.

En entrevista con La Tercera, el jefe del partido hizo un balance de su tiempo al mando del partido gremialista, donde estima que el problema por el que han pasado inició luego de que en 2003 se cambiara el sistema de financiamiento, lo que complicó la forma de conseguir recursos para campañas políticas. Ello habría obligado a buscar un modo de financiamiento que ahora es cuestionado, pero que afectó a todos los sectores.

Sobre el cuestionamiento de si en la UDI los estándares éticos se "relajaron" al momento de buscar una forma de conseguir recursos, Larraín aseguró que "no generalizaría", pues considera que, si bien "hay algunos dirigentes que tomaron ese camino, pero no todos".

Según el presidente UDI, el giro de boletas ideológicamente falsas en aquella época se realizó porque, cuando ocurría efectivamente el giro indebido de una boleta, "Impuestos Internos declaraba que era un gasto rechazado y obligaba a declarar bien (...), entonces no había necesariamente una consciencia de que estaba cometiendo un delito".

Sin embargo, reconoce que "aquí se fue acostumbrando a un nivel de actuaciones que fue rebajar los estándares de conducta, que por la facilidad que significaba se hacía vista gorda a un procedimiento irregular". 

Larraín cree que, a pesar de que se pueda pensar que el giro de boletas falsas era un "modus operandi" entre los miembros de la colectividad (debido a la cantidad de investigados), aseguró que "yo creo siempre que todas estas conductas están circunscritas a personas y a situaciones específicas" y que "si otras empresas hubieran sido investigadas de una manera tan profusa como Penta, probablemente se encontraría que estas situaciones se repiten en muchas colectividades".

Acerca de lo ocurrido con Jovino Novoa, aseveró que "hubo una presentación (de investigación) que se hizo muy tempranamente por militantes del partido y el tribunal no la acogió, porque los procesos no habían terminado y nosotros tenemos el compromiso que cuando terminan los procesos vamos a llevar a las personas a conocimiento del tribunal. Y Jovino Novoa, en conocimiento de esas tesis, cuando él llega al acuerdo de un juicio abreviado, él, antes de que nosotros pudiéramos hacerlo, lleva el caso al tribunal supremo del partido, de manera que a nosotros, por así decirlo, se nos adelantó Jovino.  Lo íbamos a hacer porque era lo que correspondía hacer, era lo que nos habíamos comprometidohacer, pero Jovino se nos adelantó, porque él mismo estaba consciente de nuestra política.   

Sin embargo, sobre si él, como presidente del partido, avala que si se comete un delito en favor del partido no debe sancionarse internamente, estimó que prefería no pronunciarce". 

Finalmente, para él, definitivamente este ha sido el peor año del partido. Tras rememorar la muerte de Jaime Guzmán y las denuncias a propósito del caso de Spiniak que afectó algunos dirigentes, los último doce meses fueron los peores porque sucedieron dos cosas: "Uno, una baja en el respaldo político a nuestro partido, en general a nuestro sector, pero en particular a nuestro partido en las elecciones municipales, presidenciales y parlamentarias de 2012 y 2013. Y cuando estábamos tratando de iniciar una nueva etapa y recuperarnos de ese bajón político, se produce este proceso de cuestionamientos por el financiamiento irregular de las campañas que, a pesar de ser un fenómeno transversal, por la forma que empezó se concentró inicialmente en nuestro partido, lo cual ha significado un proceso que agravó el momento que estábamos viviendo y significó también una crisis muy fuerte para nosotros, para nuestra imagen y potencial futuro".  

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