“Yo estoy ahí; los defiendo con fuerza y convicción”, recalca en más de una ocasión José Antonio Kast al abordar la semana en que se volvió a poner en cuestionamiento a Carabineros, luego de que un joven de 16 años cayera al Río Mapocho el pasado 2 de octubre tras ser perseguido por un policía, en medio de manifestaciones en la Plaza Baquedano.

Su argumento es que la institución es el eslabón más débil de la cadena y que, además, han sido “descabezados” varias veces por el Ejecutivo. El presidente del Partido Republicano dice que hay que echar pie atrás a la reforma de modernización de las policías. Que no es necesario; lo que sí necesita cambios profundos, añade, es el Ministerio Público, de quienes tiene un crítico juicio.

Su planteamiento más duro, eso sí, es hacia el gobierno del Presidente Piñera.

 —¿Por qué ha decidido mantener su defensa a Carabineros? Esta semana quedó al descubierto falta de protocolo en procedimientos policiales y una serie de declaraciones contradictorias en torno a una “persecución” que se la ha hecho a la fiscal Ximena Chong…

—No deja de llamar la atención que las instituciones más cuestionadas por los chilenos sean las que encuentren en Carabineros la causa de todos los problemas que hoy estamos viendo en el ámbito de la justicia, la seguridad nacional, del control de las fronteras. Hoy es casi como si todo fuera culpa de Carabineros. Y eso no es así: la principal responsabilidad de situaciones de violencia extrema, de terrorismo, de vulneración de nuestras fronteras y de todo son los políticos y las autoridades de las distintas instituciones como el Ministerio Público. Dicen que aquí hay falta de prolijidad por parte de Carabineros, pero, bueno, ¿dónde está la responsabilidad política que ha descabezado al mando de Carabineros en varias oportunidades, que no le ha prestado el respaldo político, no les ha prestado el equipamiento necesario para cumplir su labor? Se discute sobre un joven que tenía una cámara personal, ¿por qué el Estado no le facilita cámaras Go Pro? Hoy muchos carabineros tienden a tratar de resguardar lo que están haciendo, por ellos mismos, porque saben que, ante cualquier cosa, siempre los van a dejar caer. Yo puedo entender que un carabinero tenga una cámara para poder resguardar sus actos…

—Si era para resguardarse, ¿por qué tardó en entregar esa cámara?

—Hasta donde entiendo, el abogado ahora señala que entregó ya las cámaras para acreditar qué estaba ocurriendo ahí. También es claro que él tiene temor, ¿quién los defiende? Nadie. Aquí han hecho un escarnio público de un joven de 22 años que tiene una vocación de servicio que la canalizó a través de carabineros. La fiscal Chong dice que lo acusa por homicidio frustrado, o sea, es como que este fuera un asesino que se levantó en la mañana diciendo ‘hoy día voy a matar a alguien’. Y eso no es así. Aquí se produjo una manifestación violenta -porque eso es lo que es- donde viene uno de estos jóvenes de 16 años que es miembro de la primera línea, que la familia reconoce que va todos los viernes a manifestarse y a destruir, que ataca con fuerza a Carabineros y que destruye los bienes públicos.

—Más alla de la intención que pudo haber o no tenido el carabinero, ¿no cree que este caso al menos devela falencias en el actuar policial?

—Claro que hay falencias, si es que los carabineros no tienen cámaras Go Pro, si es que no pueden usar el lanzaguas, si no pueden usar gases lacrimógenos y escopetas antidisturbios y solo les queda el contacto físico y además no les dan ninguna herramienta para poder realizar su función. Me encantaría que los fiscales dieran órdenes para investigar para ver quiénes son los de la primera línea, cómo se reúnen; que los fiscales estuvieran pidiendo investigar los vínculos de los terroristas. Aquí en Chile lamentablemente no podemos decir que hay justicia: ¿quién está investigando el asesinato de Pedro Cabrera, de Moisés Orellana, de Juan Barrios? No hay nada, pero el fiscal nacional es muy rápido en reaccionar para cuestionar el procedimiento policial donde hay un carabinero de 22 años, al cual se le acusa de homicidio frustrado, donde a lo más hay un accidente no intencional.

—La misma PDI ha sostenido que Carabineros ha entregado versiones distintas, ha dicho que al menos eso llama la atención... 

—Lo que veo por parte de Investigaciones es que hay un grado tensión, de rivalidad. Pero también uno tiene que mirar hacia arriba: cuando uno tiene que administrar un gobierno -en este caso el Presidente de la República tiene que liderar esa situación- bueno, cómo lo hace para hacer coincidir que esas rivalidades se vayan disminuyendo. El poder judicial también tiene una responsabilidad, porque todos los fiscales tramitan cosas con la PDI y en el caso de la fiscal Chong, veamos lo que ella publicaba en Instagram respecto de Carabineros. Entonces se van produciendo rivalidades que muchas veces son provocadas por autoridades que no cumplen con su rol, tanto en el poder Ejecutivo como en el judicial. Para mí, el gobierno ha cometido más errores que todos los carabineros juntos. Lo que vemos de nuestro ministro de Justicia, de los ministros del Interior, de los subsecretarios del Interior, todos los comentarios que hace el mismo Presidente planteando una reforma de Carabineros cuando estamos en el peor momento tanto de pandemia como de violencia en Chile… son errores.

—¿El gobierno debiese echar pie atrás respecto a la reforma de Carabineros?

—Sí. Lo que debiera hacer el gobierno es decir: mire, estamos en un proceso de reforma a la Constitución vía plebiscito, vamos a entrar en un año electoral, vamos a elegir gobernadores, alcaldes, concejales, diputados, senadores, cores, Presidente... No se entiende que entre medio de todo esto se quiera modificar una institución que tiene mucho más reconocimiento ciudadano que el Congreso. El Presidente tiene equivocados los objetivos y las prioridades. Lo que más pedía la gente era que disminuyera el número de parlamentarios y qué le dan a cambio: 155 diputados nuevos con esta eventual Asamblea Constituyente que podría instalarse. Ni siquiera han rebajado el número de los parlamentarios, que todo el mundo quiere que lo rebajen. Entonces, las prioridades están trastocadas por parte del gobierno en esta obsesión que tiene el Presidente por reformar Carabineros. Primero que reforme su propio gobierno, que eche a los parientes de los políticos que están ahí usufructuando, que enfrente el tema del abuso de los funcionarios públicos que se quedaron con el bono de la clase media. Aquí no hay gestión, no hay liderazgo y la responsabilidad de eso es del Presidente de la República. A mi juicio, antes de entrar a modificar cualquier cosa en Carabineros, hay que hacer un cambio radical en la justicia. Está claro que hoy se requiere un cambio en el liderazgo del Ministerio Público, porque ya no da para más. Con todos los errores que puede haber y con todas las cosas que se podrían mejorar esta es por lejos la mejor policía que hay en latinoamérica. Los he visto hacer su mejor esfuerzo y, de verdad, una reforma a Carabineros es buscar una salida fácil echándole la culpa al más débil de los que están ahí porque no tienen opinión política. Los únicos que no pueden hablar claramente son los carabineros entonces tienen que aguantar todos los golpes.

—Pese a que no esté de acuerdo con la reforma a Carabineros, ¿qué opina del debate que se ha instalado en torno a la sujeción civil plena?

—¿Y se van a sujetar a quién? Uno no logra entender qué poder civil es el que va a dirigir a Carabineros. ¿El diputado Jackson que hace autodonaciones? ¿La diputada Orsini que fue parte de un procedimiento policial por alguna situación que no voy a calificar? ¿El diputado Brito o el diputado Winter? ¿Ellos van a ser los que van a dirigir una institución policial cuando no han sido capaces ni siquiera de levantar la voz en contra de la violencia, que no han dicho sobre el terrorismo en La Araucanía? Si el Presidente va por esa línea va a terminar perdiendo por goleada. 

—¿Cómo ha visto el rol del ministro del Interior, Víctor Pérez?

—Débil. Yo habría esperado que después de que asesinan a un chileno, un trabajador esforzado, un hombre de familia, el ministro se hubiese hecho presente en el lugar y hubiese dicho ‘no vamos a descansar hasta que encontremos a los asesinos de Pedro Cabrera’. O que se hubiese hecho presente frente a la familia de Moisés Orellana y le hubiese dicho ‘no vamos a descansar hasta que encontremos al culpable del asesinato de Moisés Orellana’. Hoy el ministro está en deuda respecto de darle toda la fuerza del Estado a las víctimas.

—¿Perseguir a los responsables de esos asesinatos no es también rol de Carabineros? 

—Bueno pero si para eso están los fiscales, aquí hay fiscales dedicados a perseguir a un carabinero porque señalan que es autor de un homicidio frustrado y no hay ningún fiscal preocupado del tema de La Araucanía.

El riesgo de “perder por goleada”

El tema protagonista de la semana, inevitablemente, dirige la conversación hacia la evaluación general de la gestión del gobierno y de la coalición Chile Vamos. El exdiputado dice que, desde el acuerdo del pasado 15 de noviembre, esta administración está gobernando con el programa de Alejandro Guillier, excandidato presidencial de la Nueva Mayoría.

“Lamentablemente en la centroderecha hay ausencia de liderazgos, porque están todos bajo el paraguas del gobierno, y el gobierno está fracasando. Hoy el gobierno va perdiendo 4-0, pero si sigue así va a terminar perdiendo por goleada: 8-0. Desde que apoyamos a Sebastián Piñera entre la primera y la segunda vuelta, dijimos, bueno, aquí hay un programa de gobierno, pero la lápida de ese plan fue el Acuerdo por la Paz y la nueva Constitución”, dice Kast.

—¿Por qué prevé este fracaso tan rotundo del gobierno? ¿En qué se advierte?

—El gobierno empezó el partido con un equipo titular, con un entrenador que había dicho cuál era su plan de trabajo, y al final empezó a cambiar en base a lo que le gritaba la barra. El Presidente se dedicó a seguir lo que decían las encuestas, la barra; en concreto a él le encanta la Cadem. Y fue haciendo todo lo que la encuesta Cadem decía que era popular y el resultado de eso es que hoy tiene menos de 15 puntos de aprobación. El Presidente está perdiendo el partido, porque le hizo caso a la barra y no a su programa, en el cual además todos confiábamos. El Presidente dijo que iba a combatir el terrorismo, y el terrorismo aumentó; dijo que iba a achicar el Estado, y el Estado aumentó. Dijo que a combatir el nepotismo y hoy hay más nepotismo que en su primer gobierno. Luego dijo que iba a bajar los impuestos, y no lo hizo. Él tenía plan de trabajo, jugadores, el estadio a su favor -porque ganó con un porcentaje muy alto de votos-, tenía todo a su favor y se lo farreó y hoy cada vez está peor. Hoy está gobernando con el programa del otro equipo, de Guillier.

—¿Qué postura tomarán entonces como Partido Republicano de cara a las elecciones que vienen en 2021? En marzo se declararon opositores…

—Nosotros seguimos siendo Republicanos. El 3 de marzo le dijimos al gobierno que nos declarábamos en oposición al camino constitucional al cual nos están llevando y después, el 18 de marzo, apoyamos con todo lo que podíamos -al igual que lo hicimos el 18 de octubre- las políticas públicas para enfrentar la crisis. El gobierno no nos representa, pero eso no quiere decir que nos interese que al gobierno le vaya mal. A Republicanos nos interesa que le vaya bien al gobierno. Este sigue siendo un gobierno que fue electo por la derecha, pero que ha defraudado a sus electores. Tenemos que recuperar la mística y la convicción en nuestras ideas.

—En el discurso de las próximas elecciones, ¿reconocerán a este gobierno como una razón de peso para votar por la derecha, desde dónde se va a posicionar Republicanos…?

—Desde los principios que nos rigen, desde las convicciones, desde el sentido común de todas aquellas cosas que hicieron ganar al Presidente Sebastián Piñera, si el Presidente ganó por el programa de gobierno y decía las cosas muy claras y después se le perdió el programa.

—¿Le frustró a Republicanos no haber alcanzado acuerdo en primarias municipales con Chile Vamos?

—No, porque no pedimos nada. Tuvimos una conversación con la UDI y luego la UDI, en su consejo general, dijo que tenía toda la intención de llegar a acuerdos, pero nunca nadie se comunicó con alguien del Partido Republicano. Nuestro objetivo no es una alianza; nuestro objetivo es que a Chile le vaya bien. Si ellos quieren conversar, nosotros felices, pero no andamos buscando nada. Chile Vamos ha caído en una lógica de tratar de ignorar una realidad y la realidad es que ya nos constituimos como partido en diez regiones y que vamos a ser un referente político durante este y todo el próximo año. Antes de las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales, vamos a estar inscritos y vamos a tener candidatos en todo Chile. Vamos a tener candidato presidencial a primera vuelta.

—¿Cree que aún existe espacio para al menos pactos de omisión con Chile Vamos para la elección de abril?

—Tendrán que ver qué quieren priorizar. La responsabilidad mayor es precisamente de Chile Vamos que de nosotros. Nos estamos constituyendo y donde tengamos mejores candidatos no le vamos a privar a un buen candidato nuestro a competir. 

—Dice que no le interesa hacer alianzas, ¿dónde está la vocación de mayorías que debiesen tener los partidos políticos? Le pregunto porque aspiran a llevar a un candidato presidencial a primera vuelta...

—En la primera vuelta se definirá quién tiene más votos. El Partido Republicano no se niega a conversar, estamos dispuestos a conversar cuando alguien nos plantea algo razonable, pero vamos a conversar si es que no se retoman ciertos lineamientos, si es que no dicen que vamos a combatir el nepotismo y la corrupción.

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