Se considera de “clase media”, vive en Puerto Montt hace cuatro años y es evangélico. Mauro González, diputado electo por el distrito 26 de la Región de Los Lagos, fue seremi de Trabajo en esta última administración de Sebastián Piñera. El abogado, militante de Renovación Nacional (RN), nunca ha ocupado un cargo de elección popular; sí trabajó en la Municipalidad de Fresia y, dice, ahora lo principal es que la derecha retome la conexión con las necesidades de la gente.

González manifiesta que, para el periodo que comienza el 11 de marzo, tiene al menos tres prioridades legislativas: incidir en el mundo laboral en áreas como la salmonicultura, ser voz de la pesca artesanal en el Congreso y mejorar la conectividad de la región.

Si bien votó por José Antonio Kast en la primera y la segunda vuelta presidencial -en la primaria de Chile Vamos lo hizo por Mario Desbordes-, dice que a los republicanos les falta ir “al centro”. Y releva que lo principal es dialogar en el Congreso.

—Tiene 36 años, es parte de la generación “débil”, al menos en la derecha, o la que menos liderazgo tiene en su sector. ¿Ve un desafío de potenciar a los jóvenes en Chile Vamos?

—La derecha tiene que dar espacio a los jóvenes. Me siento con una gran responsabilidad de ocupar este espacio de buena manera. Para eso, creo que la centroderecha debe tener una verdadera conexión social con las necesidades y anhelos de los ciudadanos, que nos permita comprender cuáles son las prioridades de nuestra gente, qué dice el territorio en materias de salud, vivienda, emprendimiento, educación, pensiones. Eso nos ha faltado y creo que hay una oportunidad en la renovación de gente joven, sub-40, que llega al Congreso y que podamos darle otra mirada a nuestro sector. Eso sí o sí tiene que ir de la mano con lo siguiente: la convicción de nuestros principios sin transarlos, pero con un diálogo permanente con el futuro gobierno, que nos permita llegar a encuentros y poner a las personas en el centro. El Estado, la economía, el crecimiento deben ser herramientas -no fines- para darle solución a los temas que nuestro país necesita.

—Usted dice que no hay que transar principios, y justamente en la Convención Constitucional se habla de dos derechas, una llamada como ‘dura’ y la otra ‘entreguista’. ¿Cómo ve usted esa tensión?

—Estamos en un momento histórico. Yo espero que les vaya bien, los chilenos tenemos grandes expectativas sobre el resultado, en lo personal espero que estén a la altura de las circunstancias y pongan a Chile primero; que redacten un texto que realmente nos logre representar a todos. Hoy manifestarse a priori por un Apruebo o un Rechazo es un error. Yo soy de aquellos que piensan que debemos esperar que salga el texto y de ahí ver qué vamos a decir, a opinar en el plebiscito de salida. En lo personal, tengo principios y valores que son intransables; principios que dignifican la vida integral del ser humano, que hay un valor social innegociable que es el respeto a Dios y a la vida humana. En esos valores junto al fortalecimiento de la familia siempre voy a mantener solo una línea. Yo tengo una identidad cristiana evangélica. Toda mi vida he participado de la Iglesia evangélica. Ser cristiano es una forma de vivir, de ser, tú eres cristiano siendo padre, diputado, o siendo un ciudadano común y corriente. Esas circunstancias no se pueden transar. Ahora, frente a otras iniciativas sociales, de salud, educación, de mayor equidad, estoy siempre dispuesto a dialogar para llegar a acuerdos y que Chile sea el beneficiado y también salir de esa trinchera. Yo sí estoy dispuesto a moverme, pero siempre manteniendo mi identidad. 

—Dado que en la Convención, la derecha está tensionada, ¿cómo cree que debe ser la relación con los republicanos y el PDG?

—Los republicanos tienen su forma de mirar el país, en algunas cosas comparto -como el valor y el respeto a la vida y a Dios-, pero sí creo que a los republicanos les falta ir al centro, dialogar para llegar a acuerdos. Tenemos que conversar, lo mismo con el Partido de la Gente, porque la única manera de ser un Congreso exitoso es que el diálogo pueda ser prioridad para todas las bancadas.

—¿Y qué impronta debe tener la bancada de RN? Los 10% dividieron fuertemente al grupo, pese a que siempre se ha reconocido que en el partido hay diversidad de ideas...

—La bancada RN debe tener una conexión social fuerte y también debe tener mucha responsabilidad. Creo que el populismo hace mal a la política, el hecho de levantar iniciativas que de alguna manera no representen una realidad exitosa para la gente es populismo. Los retiros del 10% eran necesarios, por un contexto excepcional, de pandemia, de dificultad, hoy no es así. Claro, estamos volviendo a números de contagios muy difíciles... 

—¿Estaría dispuesto a votar a favor del quinto retiro del 10%?

—No, en lo personal no. Creo que hoy es tiempo de recuperar, de producir, de fortalecer las pensiones. Los retiros del 10% fueron beneficiosos, pero también golpearon muy fuerte a la economía.

—En cuanto al rol opositor, ¿cómo debe posicionarse la derecha?

—El rol opositor debe representar a nuestro sector, pero a la vez debe estar dispuesto a escuchar para participar de los proyectos de ley, las propuestas que va a traer el futuro gobierno. Espero, por ejemplo, que podamos lograr un pacto tributario. En materia de seguridad espero que nuestras ideas sean escuchadas, por ahora me parece una mala señal el hecho de no prorrogar el Estado de Excepción, es una mala señal querer dialogar con aquellos que causan terror. Es un error, pienso, estar apoyando una posible Amnistía, perdonar hechos de violencia, creo que eso no puede ser. Frente a eso, voy a ser firme en mis convicciones. Si hay iniciativas sociales donde mejoremos temas como educación, vivienda, conectividad, medioambiente, hay que estar dispuestos a escuchar. No podemos ser una oposición que se transforme en una Muralla China.

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