El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló los resultados de un informe en el que evaluó el nivel de participación electoral en Chile tras los comicios del 23 de octubre.

De acuerdo al análisis “la disminución en el porcentaje de votantes en relación al padrón que se ha evidenciado en Chile no está dentro del promedio de América Latina o los países de la OCDE, sino que destaca como una de las más agudas a nivel mundial”.

El estudio indicó, que si bien, la cantidad de votantes se había mantenido estable entre 1989 y 2010, con variaciones dependiendo del tipo de elección, la baja en la participación comenzó en 2012 con la implementación del voto voluntario, consignó La Tercera.

De hecho, “si se considera los votos emitidos en relación con el total de la población en edad de votar”, la participación en las elecciones municipales de 2012, con un 45%, bajó en 13 puntos comparadas con las del 2008, que tuvieron un 58% de participación.

Según lo que manifestó el informe del PNUD “los resultados de las municipales 2016 muestran que esta tendencia se mantiene: la proporción de votantes en relación al padrón cae a su mínimo histórico situándose en un 34,92%”, mientras que en América Latina “la tendencia es inversa”.

En lo que respecta a las elecciones parlamentarias en relación al total de la población que tiene edad para votar en el periodo 1990-2016, el análisis mostró que en Latinoamérica la participación aumentó de un 63,4% a un 70,1%, mientras que en Chile bajó de un 86% a un 49%.

Pese a que en los países pertenecientes a la OCDE también registraron una disminución en el voto, las cifras corresponden a un 75,1% en 1990 a un 63,9% en 2016, un número muy diferente al caso chileno.

Marcela Ríos, coordinadora del programa de Gobernabilidad Democrática del PNUD explicó que “se ha profundizado una tendencia que venía de antes y es preocupante sobre todo porque Chile está muy fuera de la tendencia en América Latina”.

Añadió que “en la gran mayoría de países de la región aumenta o se mantiene. Aunque en muchos de ellos hay voto obligatorio, incluso en los dos países que pasaron a voto voluntario, Venezuela y Guatemala, ninguno tuvo una caída en participación como la nuestra”.

Ríos señaló que si bien en la OCDE hay diferencias entre los países, con algunos que tienen niveles de participación que alcanzan el 80% y otros como EE.UU. en los que la participación siempre ha sido baja, Chile, a diferencia de ellos, no se ha mantenido estable en su tendencia, sino que tuvo un retroceso muy severo.

Advirtió que nuestro país se acerca al 30% de participación, lo que es considerado crítico. “El ideal es que más de la mitad de la población participe; mientras más, mejor. Mientras que pasar por debajo del 30% sería de verdad grave” aseguró.

Abstención

En el informe se indagaron los motivos detrás de la abstención electoral y utilizaron la IV Encuesta Auditoría a la Democracia que realizó el PNUD en junio de este año.  Ahí se estableció que un 40% de las personas que no participaron de la elección presidencial de 2013 indicaron que se debió a que no les interesaba la política.

La cifra es 10 puntos superior a la de 2012, con aquellos que utilizaron el mismo argumento al referirse a la razón por la que no votaron en la elección municipal pasada.

De acuerdo al estudio “pareciera que los factores que más inciden en la abstención electoral no son los problemas operacionales (como no saber dónde se tiene que votar) o de oferta (que no le gusten los candidatos), sino que el distanciamiento de los ciudadanos con la política tradicional”.

La conclusión del estudio explicó que “la desafección ciudadana con las elecciones es un problema que se arrastra desde los años 90, pero que se acentúa desde que el voto pasa a ser voluntario”.

Sin embargo, el informe destacó que el cambio en el sistema de voto no es el único factor responsable por la abstención, sino que “el caso chileno muestra que existe un distanciamiento entre la ciudadanía y la política institucional, expresando un malestar ciudadano con el funcionamiento de las instituciones claves en democracia, como los partidos políticos. Lo anterior se acrecienta con los problemas de corrupción y el declive de la confianza en distintas instituciones”.

Ríos enfatizó que es un problema serio, ya que “hay un tema estructural, la baja participación no obedece solo a factores coyunturales”, por lo que “los partidos políticos necesitan cumplir un rol en el reencuentro de la política con la ciudadanía”, finalizó. 

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