En las últimas semanas gobierno y una parte importante de la oposición han ido acercando posiciones respecto a la gran reforma previsional, promesa de campaña de la administración Piñera que se reforzó después del punto de inflexión que marcó la aprobación de la ley que permite el retiro del 10% de los fondos de pensiones en tiempos de pandemia.

El diálogo no es con toda la oposición, porque en el proceso que busca una reforma para mejorar las pensiones hay también otro proyecto que busca derechamente expropiar los fondos y hacer un sistema estatal común, el que empuja Alejandro Navarro. Muy alejados a ese plan se encuentran las senadoras Carolina Goic, Adriana Muñoz y Juan Pablo Letelier, la DC, el PPD y el PS que en el último tiempo se han convertido en los interlocutores del gobierno en esta materia, y quienes se reunieron este lunes, en total reserva, con el ministro de Hacienda Ignacio Briones y la ministra del Trabajo María José Zaldívar para intentar acercar posiciones.

Por lo pronto, ya habría buen clima para mejorar el pilar solidario, a lo cual la titular de Trabajo ayer se mostró “abierta a buscar puntos de encuentro”; crear nuevos beneficios de pensión para la clase media y las mujeres, y un subsidio y seguro de dependencia, todas materias que parecen avanzar de manera bastante fluida. Porque el ánimo de todos es cerrar un acuerdo.

Pero hay un gran punto de conflicto: qué hacer con el 6% de cotización adicional, toda vez que el gobierno insiste en que un 3% debe ir a las cuentas individuales, sobre todo ahora que las personas tienen más conciencia de que las platas de los fondos son suyas, son propias –después del retiro del 10%- y el otro 3% ir a un fondo colectivo solidario, de manera, dicen en el Ejecutivo, de poner los huevos en distintas canastas: la mitad para mejorar las pensiones en los próximos años (en régimen se espera una mejora del 30%) y la otra mitad para configurar el fondo colectivo, de manera de entregar más solidaridad al sistema y ayudar a quienes están pensionados hoy y ni siquiera pudieron echar mano al 10%.

El tema es que la oposición insiste en que ellos han hecho el máximo de esfuerzo posible para acercarse a la vereda del gobierno y por ello, en la última propuesta entregada por este grupo de senadores pocos días atrás, ellos plantean que todos los nuevos recursos deben ir a un fondo, pero la mitad considera el historial de cada persona: lo aportado y los años de cotización de modo que los beneficios sean distintos para cada uno, y la otra parte iría a solidaridad.

La diferencia es que no hay una cuenta individual manejada por las AFP ni multifondos. Los dineros, en cambio, son manejados en un fondo común, bajo un ente estatal, muy distinto a las administradoras. (en el 10% actual habría libertad para que cada persona elija quien le gestiona sus ahorros, lo que marcaría un rayado de cancha para las actuales AFP).

Pero las posiciones están alejadísimas. Porque el gobierno se resiste a entregar el 6%. Según fuentes de Palacio “una cosa de principios, de valores”, dicen, y también porque insisten “que no representa el sentimiento popular”.

Además existe un componente político que también influye en el debate. En La Moneda aseguran que ellos han mostrado disposición al diálogo: aprobar algo cercano a lo que fue el proyecto de la administración Bachelet, pero recalcan que nadie está obligado a lo imposible, a un acuerdo por un acuerdo, y que de rechazarlo como lo quiere el ejecutivo, la oposición pagaría el costo de no cumplirle a la gente. Eso desde este bando.

Porque desde la oposición la mirada es totalmente opuesta: el no llegar a un entendimiento demostraría, según ellos, que el ejecutivo reculó en sus intenciones de mejorar pensiones, y pondría al propio presidente Piñera en jaque toda vez que el mandatario prometió una cirugía mayor al sistema, y lo que hay hoy sobre la mesa, es lo que ya se presentó en enero.

“Nuestra propuesta es similar al sistema sueco. Proponemos una pensión básica universal, ahorro individual y ahorro colectivo, lo que genera equilibrios, incentivos a cotizar, compensa el riesgo, y ayuda a que la gente no siga bajo la línea de la pobreza. Es un sistema mixto de verdad”, afirma la senadora Carolina Goic.

¿Cómo salir de esto? La discusión entra a un terreno delicado, porque nadie quiere dar el brazo a torcer, y esto debiera legislarse antes del plebiscito, porque de lo contrario, se corre el riesgo de que la mejora a las pensiones se postergue por varios años, y eso sería poco deseable, toda vez que hoy nadie pone en duda que la cotización actual no permite pensiones decentes. Además todo indica que parece más sensato dar certezas ahora, que seguir esperando en el escenario que se avecina.  

 

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